“Si hacemos bien las cosas podemos ganar”
Nani Roma, que venció con Mini en 2014, regresa de Toyota para volver a intentarlo en una edición que “será dura”. Y del futuro dice: “Poder elegir entre buggy y 4x4 influyó en mi decisión de volver”
Jugar dos manos en la misma partida de póquer.
Mini y X-Raid presentaron ayer en París su ambicioso proyecto para el Dakar
2018 con dos vehículos completamente diferentes, tres buggys y cuatro 4x4 que se reparten sus pilotos. Entre ellos, el hijo pródigo, Nani Roma, que ganó con la firma británica el Dakar de 2014 y regresa de Toyota para volver a intentarlo.
—¿Qué tenía Mini que no tuviera Toyota? —Bueno, un buggy y un 4x4. La posibilidad de decidir en el futuro. Luego veremos cómo va el reglamento, si se inclina más por el 4x4 o por las dos ruedas motrices, entonces tendremos la posibilidad de cambiar de coche. —Ha probado los dos, aunque con su 4x4 ha hecho los kilómetros en competición. ¿Qué le parecen?
—El 4x4 con menos kilos y más suspensión ha mejorado mucho lo que había. El buggy está nuevo, ha nacido muy bien. Es más cómodo con las suspensiones, tienes más la sensación de poder tirarte por todas partes. Lo probé en Hungría y en Marruecos para dar mi opinión, pero ya me he concentrado en el mío. —En el Dakar les esperan un 4x4 muy fuerte como la Hilux de Toyota y un 4x4 dominante como el de Peugeot… —Al final es parte del juego, están el desierto, los coches y las marcas. Ojalá batalláramos hasta el final para que un buggy de Mini ganara. Mi objetivo es hacer bien las cosas yo y no pensar mucho en lo que hay alrededor. Y si hacemos bien las cosas podemos luchar para ganar. —Perú influirá mucho en el recorrido que se presenta hoy. ¿Qué espera? —Será duro, 40 aniversario, las dunas de Perú, la altura de Bolivia, el calor de Argentina… —¿Quiénes son los rivales?
—Los Peugeot. Peterhansel, Loeb y Sainz, luego quizás también Despres. En Toyota está Al-Attiyah. Aquí en Mini están Hirvonen y Terranova. Entre siete y nueve pilotos realmente rápidos que no lo pondrán fácil. —¿Hay algo que supiera de Toyota como piloto que haya podido contar en Mini como expiloto? —No, porque es un concepto de coche muy diferente. Además desde las marcas que he ido cambiando no he llegado a la nueva diciendo cómo hacían
las cosas los otros. Intentas hacer lo que sabes y adaptarte al lugar al que llegas. —¿Ha tenido que cambiar su conducción?
—Siempre, sobre todo al cambiar de marchas. Aquí a 3.000 o 3.500 revoluciones ya cambias, en el otro, en 5.000 o 6.000. Es diferente, pero fácil. —Su mejor Dakar en coches llegó con Mini (lo ganó en
2014). ¿Eso influyó en la decisión de cambiar?
—Influyó. También las ganas de Sven (Quandt, jefe de
X-Raid), que tuvieran dos proyectos, que conozco a todo el mundo… Fueron siete años, he vuelto con ingenieros que estaban cuando gané y franceses que conocía de Mitsubishi, ha sido una buena vuelta a casa.
Rivales
“Hay entre 7 y 9 pilotos que no lo pondrán fácil”