El Osasuna-Nàstic quedó suspendido por la nieve
Los rojillos creen que el rival no quiso jugar por las bajas
Osasuna y Nàstic debían medirse ayer en El Sadar, con la amenaza durante toda la jornada de que el temporal de frío que azota parte de la península echara al traste un encuentro programado para muy tarde. Entre las 8:30 y las 10:00 horas arreció la nieve y el campo quedó sepultado bajo el manto blanco, pero los operarios de Osasuna lo retiraron a primera hora de la tarde.
La vista de uno y otro equipo estuvo puesta durante todo el día en el cielo pamplonés. A media tarde el campo estaba limpio y el colegiado, el andaluz Luis Mario Milla Alvendiz, y los delegados de ambos equipos, en comunicación con los técnicos, dieron la conformidad. Pero media hora antes de que comenzara el encuentro cayeron copos blancos de nuevo con intensidad. Luego paró nuevamente y los operarios de El Sadar limpiaron las líneas del rectángulo de juego.
El colegiado inspeccionó de nuevo el terreno de juego e incomprensiblemente decidió que el inicio se retrasaba 15 minutos, con el correspondiente enfado de la afición rojilla. Pese a que ese anuncio, el árbitro volvía al terreno de juego, para inspeccionarlo una vez más. Minutos antes había comenzado a nevar de nuevo y cada vez lo hacía con más intensidad. A las 21:30 se anunciaba por megafonía que el partido se suspendía.
Sin ensayo. Los rojillos echaron en cara a Milla Alvendiz que no realizase el proceso pertinente de comprobar si el balón rodaba o no. “El sentir general es que se podía haber jugado”, indicó el presidente rojillo, Luis Sabalza, quien propuso disputar el encuentro hoy (cuando hay previsión de mejoría) o el lunes “para que siga enclavado en esta jornada”.
“Es posible que el Nàstic no quiera que se juegue por las bajas, aunque imagino que no habrá sido el argumento sería pobre de espíritu, nosotros queríamos jugar. Las nevadas me dan miedo por la experiencia que tengo. Si además una de las tres partes apoya a la otra... Más que enfadado estoy molesto”, prosiguió el dirigente. “Tendríamos que haber jugado a la hora prevista. La demora no era buena para ninguno. Sabemos cómo son estas horas en el norte, en Alemania y Vitoria se juega así y hasta que no pueda rodar la pelota se sigue”, concluyó el técnico, Diego Martínez.