Los 2.000 pericos de un Espanyol inmortal
Récord en una jornada de firmas histórica en Cornellà-El Prat
La primera edición de la jornada de firmas, que se celebró en Sant Adrià en 2010, superó todas las expectativas. Los jugadores se sentaron a la mesa y la riada de gente llegó hasta la gasolinera, que está a unos 100 metros del recinto blanquiazul. Por aquel entonces, los organizadores del club engañaban a los futbolistas diciéndoles “estos son ya los últimos”, cuando la cola apenas disminuía. Un éxito sin precedentes que consolidó una idea del Área Social, ya un clásico de las Navidades y un termómetro de la salud perica.
Han pasado siete años de aquel episodio al que se vivió ayer, una jornada histórica, con récord de asistentes, con más de 2.000 personas de todas las edades según los propios cálculos de la entidad. Niños, niñas, padres, madres y también abuelos, generación tras generación de sentimiento perico. Desde las 10:00, cuando se abrieron las puertas del entrenamiento, algunos aficionados ya se pusieron a hacer cola a la entrada de la zona Executive, mientras que poco a poco se hizo tan larga que llegó a la curva donde se ubica el grupo de animación.
Los ídolos. Sergio García fue uno de los más solicitados y aclamados. Su tanto ante el Atlético de Madrid y, en especial, su pasado de goles y asistencias ha enganchado a una generación. “Papá, he hecho bromas con los jugadores”, comentaba un niño de apenas diez años a su padre una vez terminó la hilera de 24 jugadores, empezando por Víctor Sánchez y acabando por Marc Navarro, que el pasado jueves también se sentó a una mesa, aunque en aquel caso fue como presidente de un colegio el día de las elecciones. Hernán Pérez, Sergio Sánchez y Sergi Darder no pudieron quedarse a causa de una gripe.
Balones, pósters y firmas personalizadas a familiares. Eso pudieron recopilar los más pequeños. Las madres agurdaban detrás de un cordón de seguridad cámara en mano para fotografiar a los más pequeños. Hubo momentos simpáticos, como algunos aficionados que le pedían a Pau López que se quedara o la banda sonora del último tema que interpretó Raoul, el hermano de Álvaro Vázquez, en la anterior gala de Operación Triunfo. Cuando acabó el último acorde, la sala Executive aplaudió, mientras un Álvaro que apura sus últimos días de blanquiazul sonreía en el centro de la fila.
Tampoco faltó Quique Sánchez Flores, aunque se hizo de rogar y apenas permaneció 15 minutos en la parte inferior de la mesa. El técnico llegó a las 13:00 y pudo, no solo firmar, sino conversar con algunos aficionados. Poco a poco, la cola fue evaporándose como lo hace hoy este 2017, un año en el que, pese a la mala asistencia al estadio, la gente del Espanyol demostró ayer que sigue siendo un club inmortal con 117 años de historia.
Sergio fue uno de los reclamos y Quique también acudió brevemente