Campazzo se desata y el Madrid ya es cuarto
Los blancos quiebran al Maccabi con un 15-0 en solo dos minutos
El Madrid logró la novena ante el Maccabi. Nueve triunfos seguidos entre la ACB y la Euroliga que le han disparado en el último mes. Llegó a perder por once, pero Campazzo lideró la reacción del tercer cuarto. Tavares, 10 puntos y 12 rebotes.
El Madrid ganó la novena en la noche de Reyes ante el Maccabi. No hablamos de Copas de Europa, sino de victorias seguidas desde que cayera ante el Olympiacos en la prórroga el 8 de diciembre. Nueve triunfos encadenados que le han hecho dispararse en la ACB y remontar río arriba en la Euroliga. Una victoria con aplicación atrás, el sello Real de las últimas semanas, y con estrella, Facundo Terremoto.
Campazzo puso patas arriba el duelo con su velocidad, sus pases y sus triples. Y también porque encimó a Pierre Jackson, al que, pese a sus cifras, desactivó en el tercer cuarto, donde se quebró todo. El americano jugó los diez minutos de ese periodo y solo añadió una canasta (0 de valoración).
El Madrid hizo saltar entonces el partido por los aires con un parcial de 15-0 en dos minutos fulgurantes. Tres triples seguidos (uno de Thompkins y dos de Campazzo) y tres robos con sus consiguientes galopadas. Del 52-54 al 67-54 en esos ciento veintipocos segundos. Gran labor además de los pívots, que agruparon 42 puntos (incluyan a Maciulis) y ganaron la batalla reboteadora. Del -20 de Tel Aviv al +8 de ayer en el WiZink Center. Y para Tavares, un doble-doble para la colección: 12 capturas y 10 tantos. Y dos tapones antológicos en el mismo ataque al volador Tyus.
Pero la noche feliz arrancó con curvas. El Madrid del último mes, el del paso al frente en la retaguardia, había encajado 50 puntos en la primera parte, bien repartidos además. En el acto inicial, 26. El Maccabi firmaba 6 de 7 en triples. Tiradores liberados, defensa pasiva y once abajo en el minuto 8 (15-26). En el segundo cuarto recibió 24, aunque solo un triple y entremedias un 12-0 que le hizo incorporarse como primer paso.
El bielorruso Parakhouski lideraba a los macabeos. Aplicado en las continuaciones y con talento resolutivo bajo el aro. Sacaba tajada de la velocidad de Pierre Jackson, mientras que el cañonero Roll ponía esta vez los pases y Kane era el tipo más completo. Siete tantos en diez minutos y atrás danzaba con el más feo… Doncic. Pegadito, pero sin pisarle. Buen bailarín de apoyo. El Niño acumulaba como siempre buenos números, aunque con menos peso en el juego. El testigo de las averías marcaba alerta defensiva. Detectado el problema, Laso y su equipo lo solventaron con celeridad. Campazzo se desató y todo acabó con un festival madridista para encaramarse a la cuarta plaza.