Venció Peterhansel y una duna engulle a Loeb
El gran campeón de rallys abandonó por las lesiones de su copiloto Elena tras caer en un cráter. Se impuso ‘Monsieur Dakar’ y solo Carlos Sainz sigue su estela. El madrileño es segundo a media hora
Las leyendas del motor no tienen privilegios en el Dakar. De nada sirve ser el piloto más laureado de la historia de los rallys, el de los nueve mundiales y las 78 victorias. La tierra aquí se lo lleva todo, el viento arrastra a cualquiera, las dunas engullen a los mejores. Tanaka era el último sector en este paraje tan sahariano que ha resultado ser Perú y Loeb lo tenía marcado en rojo, él sólo quería llegar a Bolivia con opciones. Pero había ganado la etapa anterior y le tocaba afrontar las dunas el primero, sin huellas. Encontrarse solo frente al Dakar el día menos oportuno.
Llevaba pocos kilómetros cuando se quedó clavado en la arena y se encontró con un cráter. “Seguía a Nasser y no me di cuenta de que había un agujero tras la cresta”. El coche quedó atrapado y necesitaba a un camión para salir, pero su copiloto, Daniel Elena, se había llevado la peor parte del golpe. “Gritaba de dolor cada vez que el coche pasaba de 30 km/h”, relató Seb, que comunicó su abandono a la organización. Las dunas que tanto temía se habían tragado su última oportunidad para ganar esta carrera.
Y cuando el Dakar se endurece siempre sonríe el mismo: Stéphane Peterhansel. Ganó la etapa más complicada, como suele, y ahora es más líder con 31 minutos de ventaja sobre Carlos Sainz, el rival más incómodo posible, uno más rápido que él en velocidad. El madrileño ayer se atascó en la arena y volcó en un río seco. Precisó ayuda de cuatro motoristas para poner el coche en pie y finalizó la etapa cuarto con el parabrisas roto. “Desde aquí quiero agradecerles el gesto que han tenido”, dijo después.
El tercero de la general ahora es el holandés Bernhard Ten Brinke, teóricamente la baza menos segura de Toyota. Nasser Al Attiyah vigila a más de una hora y espera que los dos ruedas motrices franceses se encuentren los problemas que ya ha tenido él. Giniel de Villiers es quinto: dos Peugeot y tres Toyota en una prueba de eliminación. Porque Mini ya está fuera de los premios. Y de los españoles, en el top 40 entraron Isidre Esteve y Óscar Fuertes con el SsangYong.
Ayer completaron 268 kilómetros de especial y un tramo de enlace de 666 kilómetros destino Arequipa, último escenario peruano a más de 2.000 metros de altitud y 1.000 kilómetros de Lima. El Dakar sube escalones y hoy llegará a La Paz con 313 kilómetros cronometrados. Se acaba la arena, llegan las pistas y quizá las lluvias. Y esta carrera de fondo y resistencia la ganará el único piloto que no cometa errores.