AS (Catalunya)

El Espanyol pierde el 37% de su gol de un año a otro

Siendo el que menos dispara de LaLiga, lo hace más que el primer curso de Quique, pero necesita el doble de remates para marcar

- IVÁN MOLERO

Destacaba Quique Sánchez Flores en su comparecen­cia posterior al derbi cómo al Espanyol esta temporada le “está penalizand­o la falta de gol. Y no es una tarea que solo afecta a los delanteros”, incidía. “Si el Madrid, con la pegada que tiene, se resiente, imagínate nosotros”. En efecto, la sequía goleadora durante toda LaLiga ha llevado al Espanyol a la decimoquin­ta posición, con 25 puntos, lejos del noveno puesto y los 32 puntos que tenía ya el curso pasado.

La distancia de una temporada a otra no es defensiva, ya que lleva el equipo perico recibidos exactament­e los mismos tantos que hace un año: 29. Y sí lo es ofensiva: en el ejercicio 2016-17 llevaban ya 30 goles, por los 19 actuales. Por el camino se han perdido un 36’6 por ciento de las dianas. Y eso, sin contar que dos de esas 19 las hicieron rivales en propia meta. ¿Por qué sucede esto?

La diferencia más visible de una temporada a otra es el reparto de realizador­es. En la actual Liga han marcado siete jugadores, pero Gerard Moreno se apunta prácticame­nte la mitad de los tantos (nueve) y solo él y Leo Baptistao (tres) han anotado más de uno.

Hace un año, Gerard llevaba nueve y le seguía Pablo Piatti con siete; Baptistao y Hernán Pérez llevaban tres, y otros tres jugadores sumaban goles a pares. Se podría recurrir a los altibajos este curso de Piatti, pero como contrapart­ida Baptistao el curso pasado jugaba mucho menos por lesión, y la marcha de Felipe Caicedo se ha compensado con el regreso de Sergio García. El cambio de rol de Hernán sí es determinan­te.

La faceta realizador­a se la repartían entre diez futbolista­s, cuatro de los cuales, defensas. Y en esto último puede estar otra de las razones: la estrategia, que no acaba de funcionar.

¿Es un problema, entonces, de llegada? Sí pero no. Por un lado, el Espanyol es el equipo de Primera que menos remata, pero sus 9’9 disparos por partido suponen más de los que hacía el curso pasado, 7’3. Además, Gerard es el octavo jugador de LaLiga que más remata y Baptistao, el duodécimo. Así que el problema básicament­e es de efectivida­d. Y muy flagrante: si en su primera temporada, el conjunto de Quique anotaba un gol cada 5’6 remates, ahora necesita más del doble, exactament­e 11’5, para ver puerta.

En descargo de los delanteros se puede observar que, más allá de la puntería, quizá la poca eficacia se debe a la calidad de los disparos, más forzados ahora, en ataques con menor claridad. De ahí, como apuntó el entrenador, que sea una tarea de todos.

Supeditado­s Han pasado de repartirse entre diez anotadores a depender de Gerard

Recibidos Los goles en contra no son problema: acumulan exactament­e los mismos

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