Balón parado: remedio para el dolor de cabeza
El cuerpo técnico intenta mejorar esta faceta, que de momento no le ha ayudado al equipo: se reciben ocho goles y se marcan siete
Dentro del laboratorio de Quique Sánchez Flores en la Ciudad Deportiva se contabilizan datos de todo tipo. El técnico los expone en ocasiones, como cuando señala que son el equipo de LaLiga que más metros recorre a máxima intensidad. Una señal del estilo de juego de este Espanyol. Pero hay otro que, por el momento, está lastrando las posibilidades blanquiazules, sobre todo en ataque: el balón parado.
El pasado domingo, Gerard Piqué anotaba el 1-1 gracias a un golpeo de cabeza después de una falta lateral desde el costado derecho del equipo blanquiazul. Era el octavo tanto recibido de estrategia de la temporada, lo que supone el 27,5% del total de los 29. Los otros se dividen así: córner ante el Sevilla en la jornada 1; falta frontal ante el Leganés; gol de Piqué de córner en el Camp Nou; otro córner del Girona; un penalti anotado por Joan Jordán en Eibar y un rechace tras una falta de Sergi Enrich en el mismo encuentro; y el 1-0 de Vitoria tras un rechace de córner.
La temporada anterior, el Espanyol recibió 15 goles según los informes que maneja el cuerpo técnico. De eso tantos (un 30% de los 50 que encajaron), nueve provinieron de faltas indirectas y seis de faltas directas o penaltis. El Espanyol ha perdido contundencia defensiva, aunque el índice de goles es parecido al de este curso.
Al ataque. En tareas ofensivas, los índices van a la par con el poco bagaje goleador del equipo. Los técnicos cuentan siete goles que provienen de acciones a balón parado. Eso supone un magnífico 37% de los 19 tantos anotados, aunque están incluidas dos acciones de saque de banda (ante Athletic y Las Palmas), circunstancias que también se han añadido en Sant Adrià a esta estadísticas. Sin estos dos goles, el porcentaje cae a un 26%, un guarismo ligeramente inferior al 28,5% del curso pasado, cuando 14 de los 49 tantos fueron de este tipo de acciones.
Este curso, los goles que llegaron a balón parado fueron cinco: Carlos Arribas anotó en propia puerta y de córner en el Espanyol-Deportivo: Gerard Moreno marcó de penalti en aquella acción; el propio delantero hizo lo propio ante el Getafe tras una falta lateral; Sergi Enrich anotó en propia puerta un saque de falta botado por Granero en el Eibar-Espanyol; y Mario Hermoso, por último, marcó tras un rebote en el Leganés-Espanyol.
Los pericos estuvieron en la zona media alta de la tabla en esta faceta, pero en esta edición cae algunas posiciones. El balón parado es un paralelismo de la situación del equipo.
Balance defensivo El 27,5% de los goles llegan desde acciones de estrategia
Balance ofensivo El 26% de los goles se anotan así, el curso pasado fueron más