AS (Catalunya)

Balón parado: remedio para el dolor de cabeza

El cuerpo técnico intenta mejorar esta faceta, que de momento no le ha ayudado al equipo: se reciben ocho goles y se marcan siete

- ALBERTO MARTÍNEZ

Dentro del laboratori­o de Quique Sánchez Flores en la Ciudad Deportiva se contabiliz­an datos de todo tipo. El técnico los expone en ocasiones, como cuando señala que son el equipo de LaLiga que más metros recorre a máxima intensidad. Una señal del estilo de juego de este Espanyol. Pero hay otro que, por el momento, está lastrando las posibilida­des blanquiazu­les, sobre todo en ataque: el balón parado.

El pasado domingo, Gerard Piqué anotaba el 1-1 gracias a un golpeo de cabeza después de una falta lateral desde el costado derecho del equipo blanquiazu­l. Era el octavo tanto recibido de estrategia de la temporada, lo que supone el 27,5% del total de los 29. Los otros se dividen así: córner ante el Sevilla en la jornada 1; falta frontal ante el Leganés; gol de Piqué de córner en el Camp Nou; otro córner del Girona; un penalti anotado por Joan Jordán en Eibar y un rechace tras una falta de Sergi Enrich en el mismo encuentro; y el 1-0 de Vitoria tras un rechace de córner.

La temporada anterior, el Espanyol recibió 15 goles según los informes que maneja el cuerpo técnico. De eso tantos (un 30% de los 50 que encajaron), nueve proviniero­n de faltas indirectas y seis de faltas directas o penaltis. El Espanyol ha perdido contundenc­ia defensiva, aunque el índice de goles es parecido al de este curso.

Al ataque. En tareas ofensivas, los índices van a la par con el poco bagaje goleador del equipo. Los técnicos cuentan siete goles que provienen de acciones a balón parado. Eso supone un magnífico 37% de los 19 tantos anotados, aunque están incluidas dos acciones de saque de banda (ante Athletic y Las Palmas), circunstan­cias que también se han añadido en Sant Adrià a esta estadístic­as. Sin estos dos goles, el porcentaje cae a un 26%, un guarismo ligerament­e inferior al 28,5% del curso pasado, cuando 14 de los 49 tantos fueron de este tipo de acciones.

Este curso, los goles que llegaron a balón parado fueron cinco: Carlos Arribas anotó en propia puerta y de córner en el Espanyol-Deportivo: Gerard Moreno marcó de penalti en aquella acción; el propio delantero hizo lo propio ante el Getafe tras una falta lateral; Sergi Enrich anotó en propia puerta un saque de falta botado por Granero en el Eibar-Espanyol; y Mario Hermoso, por último, marcó tras un rebote en el Leganés-Espanyol.

Los pericos estuvieron en la zona media alta de la tabla en esta faceta, pero en esta edición cae algunas posiciones. El balón parado es un paralelism­o de la situación del equipo.

Balance defensivo El 27,5% de los goles llegan desde acciones de estrategia

Balance ofensivo El 26% de los goles se anotan así, el curso pasado fueron más

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