He visto a Cristiano Ronaldo
Es imposible comentar este partido sin describir lo que ocurrió en el minuto 64. Siendo uno de los afortunados que pudieron asistir con sus propios ojos a ese gesto atlético, estilístico y deportivo tan perfecto, noto el deber de empezar mi análisis del enfrentamiento ahí. Cuando Cristiano preparó su chilena, lo crean o no, el tiempo pareció haberse parado durante unos instantes. Fue como ver en el césped del Allianz
Stadium a Carlo Parola, el autor de la chilena más famosa del fútbol italiano, el que luce cada año el álbum de los cromos Calciatori en su portada y que cada niño del Bel Paese tiene grabado en su mente. A partir de ahora tendrán otra imagen más.
Se podría contar mucho más, obviamente, de este partido. Por ejemplo, que el error de De Sciglio en el 1-0 decidió quizás toda la eliminatoria o que el sorprendente planteamiento de Allegri fue un error. El técnico renunció a Matuidi, una decisión que nadie se esperaba, para dibujar un 4-4-2 que no funcionó. También se podría criticar a Dybala, que hace un año tumbó al Barcelona y ante los blancos protagonizó una de las noches más tristes de su carrera. Se podría, pero sería injusto: aquel minuto 64 ya es una página de la historia del deporte rey y hay que celebrarla. Hasta los hinchas de la Juventus, tras un par de segundos de desconcierto, se levantaron de pie con un acto de deportividad y justicia ante tanta belleza. En Nápoles cantan ‘he visto a Maradona’, los que estuvimos en Turín podremos decir ‘hemos visto a CR7’. Inolvidable: qué suerte tuvimos.