Con los Hispanos vuelve a vibrar el Quijote Arena
Homenaje a Alberto Entrerríos con la retirada de su dorsal
La semana de los tributos tuvo un colofón magnífico: el homenaje por todo lo alto a Alberto Entrerríos cumplió las expectativas con la retirada de su dorsal en la Selección, dejando la camiseta con el número dos colgada en el Quijote Arena. El pabellón manchego se llenó como en las grandes citas del Ciudad Real, y la afición vibró como en sus mejores momentos. Y el partido, que era amistoso, no fue un sucedáneo de encuentro, sino que ambas selecciones mostraron sus condiciones de campeonas de Europa y de África, si bien Túnez, con ausencias, estuvo muy lejos de los Hispanos.
No fue un duelo de exhibición, pero tampoco violento. El ideal para los muchachos de Jordi Ribera, que pudieron correr, jugar a los espacios libres, gustarse... y sin perder de vista la responsabilidad que suponía disputar el primer partido desde que conquistaron el título continental.
España siempre mandó en el marcador y tuvo un colchón suficiente para moverse con comodidad, en un encuentro en el que actuaron 19 jugadores: sólo faltaron Sterbik y Guardiola (aunque lesionado, asistió). Con ellos, dos jóvenes de futuro, Bazán y Odriozola, campeones del mundo júnior el pasado verano en Argelia: los dos marcaron, los dos disfrutaron y ninguno de los dos parecía debutante.
Fue un encuentro coral a beneficio de la Asociación de Jugadores, que ha encontrado una magnífica ayuda en la Federación Española para revitalizar su decadente Partido de las Estrellas de final de temporada, que era un engorro para los participantes, para los clubes y hasta para los propios organizadores. Este choque, sin embargo, tuvo caché.