“No existe la sensación de haber engañado a nadie”
García Pont dice que era el “momento” del despido de Quique ya que “no iríamos a mejor” y había descontento
Alas 12:00, Quique Sánchez Flores abandonaba en su vehículo negro la Ciudad Deportiva de Sant Adrià, la que ha sido su casa desde junio de 2016. Con él, se frustra la primera etapa del proyecto de Chen Yansheng, que ha erosionado ya a sus cuatro hombres más importantes: primero Ángel Gómez, en otoño de 2016, y en apenas tres meses Ramon Robert, Quique y Jordi Lardín. Según el vicepresidente Carlos García Pont, el momento era idóneo. “Creíamos que lo mejor era hacerlo en este momento para que el equipo acabe más contento y para tener más tiempo de planificar”, comentó, mientras dejó claro que no fue una decisión de la grada (“es un cúmulo de variables, como el juego o el entorno”) ni tampoco únicamente del presidente (“el Consejo es colegial, todos opinamos”).
Con el entrenador se van sus cinco ayudantes. Ayer, todos ellos se reunieron con los abogados del Espanyol para tratar sus indemnizaciones, un asunto peliagudo, que puede condicionar la inversión en fichajes de la próxima temporada. Después de este sísmico curso, y ante las quejas de Quique sobre los fichajes y la planificación de este curso, García-Pont cree que aquí no se ha engañado a nadie. “El proyecto del Espanyol era uno cuando él llegó, pero pasaron circunstancias ajenas que lo han hecho más lento. Se le explicó a Quique una, dos y tres veces, no hay mala fe, pero pudo haber un malentendido. No tenemos la sensación de haber engañado a nadie. A veces llueve y no podemos controlar la lluvia”, explicó de manera gráfica en la sala de prensa. Para cerrar el apartado del técnico, el vicepresidente dijo que Quique no les propuso irse en enero.
Al margen del adiós de Quique, García Pont quiso agradecer la labor de Jordi Lardín, a quien calificó de “leyenda”. También dio su punto de vista sobre las causas: “Es una persona con unas capacidades distintas. Es un gran profesional en lo suyo, con un brazo más largo que otro”.
Proyecto futuro. Óscar Perarnau, diector general deportivo, también estuvo presente. El jefe del área deportiva comentó que “no es un buen síntoma cambiar tanto de director deportivo. Hay que sembrar y decidir lo mejor. El fútbol es a veces caprichoso, queremos tener estabilidad”. Y enseñó algunas líneas maestras del futuro. “Nuestra idea es que la identidad del fútbol base y del primer equipo sea parecida. Somos un equipo de media tabla o de mantenernos y nos cuesta dominar el juego y los partidos. Nos gustaría irnos aproximando a eso”, argumentó.
Perarnau, que ayudará en las labores de la dirección técnica a la espera de un sustituto, lleva meses inmerso en la planificación de la próxima campaña. El técnico es una de las asignaturas pendientes. “Hay más del 50 por ciento de técnicos despedidos. El club debe tener identidad, no el entrenador. Como club queremos poner buenas bases”, argumentó en un día crucial.