El cansancio contra la ilusión

Cuando el Girona iba por la Liga a reacción, los cronistas decíamos, medio en broma, que Mojica estaba en su salsa cuando en vez de un uno contra uno buscaba los uno contra dos, los superaba tomando el camino más difícil y culminaba con un centro con rosca que solo había que peinar. Ante el Espanyol acabamos esperando un simple centro en condiciones y confirmamos lo que ya apreciamos en apariciones anteriores; que no va sobrado. No tengo nada que objetar a la temporada del colombiano ni a la del Girona pero su fatiga es la alarma que también nos hace ver que Portu lleva ocho jornadas sin marcar, que por primera vez en su vida Pere Pons levanta la mano para pedir aire o que el equipo no suma remontando desde la primera jornada de la segunda vuelta.

Pero eso no quiere decir que le descarte de la lucha por Europa. Perder ante el Espanyol no dio puntos pero tampoco los restó así que hasta que no se jueguen el Barça-Villarreal y el Sevilla-Real Madrid, el premio sigue estando a un punto. Este Girona me recuerda a ese grupo de Rubi que, sin otra pretensión que mantenerse en Segunda, nadó hasta la orilla de Primera y sucumbió por agotamiento. Este también tiene los deberes hechos y anda justo de fuerzas pero, aunque sea tambaleándose, lo seguirá intentando. La suerte pasa por Getafe.