Feliciano: “Aguanto por suerte, genética y estilo”
Disputó su último partido en el Mutua, del que será director
Con una mezcla de ilusión por el futuro y de tristeza por no poder volver a jugar más en el Mutua Madrid Open, Feliciano López (Toledo, 36 años) jugó el miércoles su último partido (derrota ante Schwartzman) en el torneo que ha disputado en sus 17 ediciones. El año que viene sustituirá a Manolo Santana como director y su nuevo cargo será incompatible con su condición de jugador en activo.
“Me da pena, porque quiero seguir jugando en 2019 y no podré hacerlo aquí, pero no puede haber excepciones en las normas. Será una sensación rara”, reconoce Feliciano, que tiene claro cuál es su mejor recuerdo en la capital: “El primer año (2002) fue algo inesperado. Me invitó Santana y el nivel al que jugué me ayudó mucho. Nunca pensé que podría hacerlo tan bien contra rivales como Agassi, un ídolo (perdió en octavos por 7-6 (6) 6-7 (8) y 7-5)”. Pero el que más le ha impresionado es “Federer”. “Te sientes impotente ante él, hace cosas de las que nadie es capaz, sobre todo por su improvisación. Luego están Nadal y Djokovic”.
López explica el secreto de su longevidad (lleva 21 años como profesional): “Un poco de suerte para no sufrir lesiones importantes, cuidarse mucho, tener buena genética y practicar un tenis que por estilo y técnica no te desgaste demasiado. Me siento muy orgulloso de poder seguir jugando, porque no pensé que llegaría tan lejos”.
Marcas.
Feli tiene varios récords de participaciones. Es el que más Masters 1.000 (130) y torneos al aire libre (331) ha jugado, y puede adelantar a Federer en Grand Slams seguidos (suma 64 y el suizo 65). “Me siento muy afortunado y ahora lo valoro más. Cada uno es un premio. Cuando gané Queen’s pensé, ‘qué más quiero’. Era un sueño para mí, pero dije, ‘venga, otro año más”. Seguirá y compaginará el tenis con los despachos del Mutua: “Este año como director adjunto he aprendido mucho. Es un monstruo de torneo que creo que seguirá en Madrid muchos años, porque veo que todos los políticos se han dado cuenta de que no puede irse. Los ciudadanos no se lo perdonarían”. Y tiene un reto: “Que vuelve a jugarlo Federer”.