Bruno Hortelano regresa a lo grande y firma un genial 400

Un grito de emoción y un beso al suelo. Fue lo que hizo Bruno Hortelano al traspasar los cuadros de meta del Centro Tíncer de Tenerife, donde el chico que en 2016 revolucionó la velocidad española puso fin a 21 meses sin competir, de horas bajas, de tristeza profunda, de dolores que amenazaban con ser crónicos… Tras muchas dudas y anuncios incumplidos, ahora sí, Bruno Hortelano ha vuelto. Lo hizo de maravilla, a lo largo de 400 metros en los que marcó 45.96, registro de postín, superando su mejor tiempo (46.22 de 2015), el mejor visto este verano en España en un mitin modesto que hizo grande.

Era una tarde ventosa, en la que Hortelano podía haber pagado el exceso de ímpetu de los casi dos años de inactividad por aquel accidente tráfico. No fue así. Salió fuerte Bruno, algo propio de velocistas cortos, pasando los 200 acariciando los 21 segundos y en los 100 finales, cuando el ácido láctico inunda al velocista, Hortelano tiró de lo que había guardado en su cerebro en la jornada previa de visualización, en la que había andado la carrera por la calle 5: “Cuando lo hice me emocioné en la última recta. Sabía que esas imágenes me darían fuerza”. No descompuso su trabajada técnica y paró el reloj en la tercera marca europea del año y la novena española de todos los tiempos. Algo inédito para alguien que llevaba tanto fuera.

La carrera de Tenerife no era para brillar, sino un gesto “de pasar página”, igual de simbólico que el guante que llevará siempre “para no olvidar lo que sucedió”. Pero Bruno no tiene barreras y ya se vaticina un tremendo duelo con Husillos (la doble H) y se cuenta con él para la Selección de 4x400. Próxima parada, el 400 de Oordegem (Bélgica) el sábado que viene, en agosto defiende título europeo de 200 en Berlín, pero Hortelano ya “es feliz”. Ha vuelto para quedarse.

En forma

El tiempo es su marca personal y la mejor española de la temporada

Tras 21 meses inactivo, hizo 45.96, marca española del año