Cecchinato se rebela y deja hundido a Djokovic
El italiano, 72 del mundo, hizo el partido de su vida
Antes de Roland Garros, se sabía poco de Marco Cecchinato. Quizá a los amantes del tenis les sonara como campeón en Budapest, donde jugó repescado en abril. Solo 44 días después de levantar su primer título, este matagigantes que apeó a Carreño (10º) y a Goffin (8º), eliminó en cuartos a uno de los mejores de todos los tiempos, Novak Djokovic. En el partido de su vida, con un despliegue físico increíble, el italiano ganó 6-3, 7-6 (4), 1-6 y 7-6 (11).
“Estoy soñando, puede que esté durmiendo. No entiendo nada”, dijo entre lágrimas. Su equipo y su familia, en la grada, tampoco pudieron contener el llanto ante lo que acababan de vivir. Una emoción indescriptible en el mejor duelo de lo que va de torneo. Porque Djokovic no jugó mal, si bien es cierto que en el último tie-break, el decisivo, cometió un par de errores de bulto que le condenaron. Pero había movido sin descanso a su oponente, hasta la extenuación. La suya, porque Cecchinato nunca flaqueó y para colocarle golpes ganadores, Nole tuvo que lanzarlos a las líneas y por fuera. No había otra manera de superarle.
Fue tremendo el orgulloso intento de remontada del ganador de 12 Grand Slams, que se quedó a un paso de meterse por 32ª vez en las semifinales de un grande. Perdía 2-0 (desperdició cuatro bolas de set en la segunda manga) con amago de abandono tras pedir la asistencia del fisio. Pero, de vuelta a su esencia, con esas paradas calculadas, estirando el tiempo en sus saques y con todo su genio desatado, acortó. En el cuarto set se adelantó 5-2. Pero la fe de Cecchinato, impulsada por sus piernas vertiginosas, reapareció. Y llegó una muerte súbita memorable.
El de Palermo tuvo un primer match ball con 6-5. Djokovic dispuso de tres bolas de set y culpó al público por gritar antes de un punto cantado que falló. Luego Cecchinato tuvo un 10-9, un 11-10 y el 12-11, antesala del tanto que le llevó a la gloria. Ahora le espera Thiem sin nada que perder. El serbio, hundido, no sabe si jugará este año en la campaña de hierba.