Argentina le debe una a esta poderosa Croacia
Entre Kalinic y Badelj le apagaron las luces a Islandia
La primera lectura es que Argentina le debe un favor y de los grandes a Croacia. La segunda, que Croacia es el tapado en este Mundial. Ni coquetearon con la opción de quitarse de encima a Messi y compañía ni sestearon contra una Islandia obligadísima pese a que Dalic salió con nueve suplentes en el once titular. Pasan como primeros con pleno de triunfos, paso marcial y sin mácula. Y van por el lado del cuadro de España...
Ayer se acomodaron en las manoplas y la altura de Kalinic, gigante del Gante (1,98 metros), cuando Islandia mandó sus barcos a quemar en cada jugada a balón parado. Ya fuera con los saques laterales espectaculares (sin necesidad de la voltereta del iraní Milad Mohammadi) de Gunnarsson, o con Finnbogason buscándose la vida. El exdelantero txuri-urdin tuvo el 1-0 en el minuto 40 pero se le fue al lateral de la red. Fue el preludio a cinco minutos de ataque a fuego. En la siguiente jugada, entre Pjaca y Kalinic le sacaron un remate a bocajarro a Bjarnason en el descuento de la primera mitad y segundos después el portero croata le quitó a Gunnarson el gol de su vida. No fue La Mano de Dios, pero para esta Argentina de 2018, casi... Resistido el vaivén y con el descanso de por medio, Croacia fue otra. Para qué estirar más el suspense, debieron pensar. Kramaric casi estalló el larguero en el 51’ y acto seguido Badelj cerró el nudo corredizo con una gran volea. Un 0-1 que se cantó como propio a 1.800 kilómetros, en San Petersburgo, hasta por Maradona.
Islandia tiene poco fútbol, pero le sobra tozudez. Por eso Ragnar Sigurdsson cabeceó un balón al palo, Bjarnasson tuvo el 1-1 casi a placer pero llegó deslomado al área y el empate tuvo que llegar con una mano inexplicable de Lovren en el área. Gylfi Sigurdsson enmendó su doloroso fallo ante Nigeria, pero para entonces Islandia iba ya con la batería a trompicones. Ni por puro empuje vikingo lograron intimidar hasta que Perisic les hizo hincar la rodilla. Argentina respiró. El rival de Croacia en octavos, Dinamarca, que aguante el aire. Le viene un tsunami.