Modric, Rakitic y el tercer centrocampista
Notaron en la primera parte la ausencia de Brozovic en la salida
Menos brillante. Los penaltis volvieron a sonreír a Croacia, ya a las puertas de la final, aunque ni en octavos ni en cuartos ha dejado ver su fútbol vanguardista de la fase de grupos. Dalic prescindió de Brozovic y alineó a Rakitic y Modric como únicos centrocampistas. Las acciones de presión rusas (26 en total) emborronaron la fase de creación croata. Rakitic gestionaba la salida, pero no accedía a Modric y a los integrantes del ataque (sólo 4 pases a Rebic y Perisic). ■ Sin apoyos. Rakitic se ubica entre los centrales, pero nadie se ofrece. Modric, lejos. Los de Dalic abusaron del juego al pie casi toda la noche (436 pases horizontales). ■ Alturas distintas. En la prórroga, Modric baja en esta jugada y articula la salida con Kovacic también cerca. Croacia dispone siempre de opciones entre líneas.
Modelo habitual. Dalic modificó la dinámica. Brozovic entró por un inoperante Perisic en el 63’ y Croacia empezó a carburar a partir de Modric (112 pases y 11 regates). Le sienta bien al madridista estar con dos medios a su lado que le ahorren metros. La selección ajedrezada se escalonó en diferentes alturas e hiló el juego interior que nunca tuvo en el primer tercio del partido. La irrupción final de Kovacic bendijo la idea de una Croacia con caparazón de superviviente.