AS (Catalunya)

Sopor antes del pavés

Groenewege­n repitió victoria ● Gaviria y Greipel fueron sancionado­s

- JUAN GUTIÉRREZ LA CRÓNICA

EI 14 de julio, Día Nacional de Francia, siempre es una jornada especial en el Tour. Las banderas tricolores inundan las carreteras. Este año tuvo un aliciente añadido, porque ha coincidido con la víspera de la final del Mundial de fútbol, donde el gallo aspira a cantar el alirón como en 1998. El Mundial volvió a condiciona­r los horarios de la etapa, como ha sucedido desde el primer día. Los ciclistas tuvieron que madrugar un poco más, para llegar antes de que Inglaterra y Bélgica dirimieran el tercer puesto en Rusia. Pero al pelotón no debía interesarl­e demasiado el partido, porque otra vez se presentó en la meta con media hora de retraso.

Como cada 14 juillet, hubo un francés escapado: Fabien Grellier. Lo hizo junto al holandés Marco Minnaard e, inicialmen­te, con el también neerlandés Ten Dam. Era una fuga condenada a morir, pero los aventurero­s se dieron un baño de cariño. Y de publicidad. Grellier y Minnaard corren en el Direct Energie y en el Wanty, dos equipos invitados. La generosida­d de ASO también obliga.

El recorrido tampoco ofrecía para más. Era una jornada de relleno, como la del día anterior. Esta vez ni siquiera hubo viento. La protesta del pelotón, si la hubo, al menos no fue tan descarada. Lo mejor que le ha ocurrido al Tour en estos días iniciales es coincidir con el Mundial de fútbol y con Wimbledon. Etapas como estas dos espantan a los aficionado­s. Los organizado­res y los ciclistas tienen una responsabi­lidad compartida. Ni unos ni otros han estado a la altura. En otras ediciones, la Fête

Nationale se honraba con una buena etapa en esta fecha: montaña o media montaña. Eso es lo habitual. El año pasado, sin ir más lejos, Warren Barguil se impuso en la pirenaica Foix, en una jornada que deparó un ataque lejano de Alberto Contador y Mikel Landa. Fue, por cierto, la última de las 29 victorias francesas que se han producido históricam­ente en el día de la Toma de la Bastilla. En este 2018, el Tour se ha conformado con visitar Amiens, la ciudad del presidente de la República, Emmanuel Macron.

A cabezazos.

La única emoción del día aconteció otra vez en el sprint. Philippe Gilbert probó a 2,5 kilómetros. Se agradece la osadía. Dylan Groenewege­n repitió victoria. Ya tiene dos en este Tour, como Peter Sagan y Fernando Gaviria. Triple empate. Cada triunfo vale igual, pero no serán dos victorias que pasen al recuerdo. Si acaso por esos cabezazos que le arreó Gaviria a Andre Greipel en pleno embalaje y que supuso la descalific­ación de ambos. Antes de la volata también reaparecie­ron las caídas, que dejaron bien tocados a Julien Alaphilipp­e y, sobre todo, a Dan Martin, que cedió 1:16 minutos.

No dio para más la Fiesta Nacional. Este domingo se espera una fiesta mayor, con el Mundial de fútbol. Pero antes, siempre en otro horario para no solaparse, el Tour cubrirá uno de los recorridos a priori más decisivos, esos 15 tramos de pavés que amenazan las aspiracion­es de más de un ilustre. Algunos se frotan las manos. ‘Los adoquines están en nuestro ADN’, titulaba ayer el Quick Step su comunicado de prensa. Muchos otros la temen. Para Nairo Quintana y Mikel Landa será una cuestión de superviven­cia. Se acabaron los trazados insulsos. Al fin.

 ??  ?? OTRO SPRINT. Groenewege­n (izquierda) se impone sobre la línea de meta de Amiens con Andre Greipel (de rojo) y Peter Sagan (de verde) pisándole los talones.
OTRO SPRINT. Groenewege­n (izquierda) se impone sobre la línea de meta de Amiens con Andre Greipel (de rojo) y Peter Sagan (de verde) pisándole los talones.
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