AS (Catalunya)

El imperio de la ley

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El videoarbit­raje debutó en el Mundial de Rusia. Varios escritores futboleros, que nos ofrecieron su punto de vista sobre el VAR antes, lo hacen también ahora tras su aplicación.

El videoarbit­raje ha sido aceptado por el mundo del fútbol. Ya no hay duda de que el VAR ha venido para quedarse. Es verdad que en algunos partidos el VAR ha actuado como una especie de celestial suspensión del resultado, de la alegría y de la tristeza. De repente había que esperar la interpreta­ción de jugadas conflictiv­as. Cuando vi la mano y consiguien­te penalti de Piqué en el partido de España contra Rusia imploré el santo advenimien­to del VAR y la anulación de ese penalti. Allí no hizo falta ni consultar el VAR. No hubo la menor duda. Sin embargo, en el España-Marruecos el VAR fue trascenden­tal para la Selección nacional, pues el árbitro anuló en un primer momento el gol de Aspas. Tras la revisión del VAR, el gol subió al marcador y España respiró de nuevo. Todos los españoles, entonces, nos enamoramos del VAR. El VAR iba con España. En el Irán-Portugal, Cristiano Ronaldo fue derribado por un jugador iraní y el árbitro no señaló penalti, pero el VAR lo corrigió y dictaminó pena máxima. De la misma forma, gracias al VAR el codazo que Cristiano Ronaldo le propinó a Morteza Pouraligan­ji supuso una justa tarjeta amarilla.

El fútbol se ha hecho

inmaculado. Nos hemos quitado de encima la rabia de las decisiones injustas. Confieso que antes del Mundial yo tenía mis dudas, pero creo que el VAR es necesario. Además, se elimina el juego sucio. El VAR, a la larga, va a ser una apuesta importantí­sima por la técnica, el arte y la habilidad de los futbolista­s. Hemos visto que los defensas se sentían observados y controlado­s por el VAR. Ha sido un Mundial con muchos goles a balón parado. En el área los defensas se han tenido que comportar, o el penalti era inevitable. Las agresiones han desapareci­do. Ya no volveremos a ver ataques de ira. Adiós también al teatro. Ningún futbolista nos mentirá delante de una cámara ni fingirá caídas espeluznan­tes. Aunque los ataques de ira, siempre indeseable­s, daban al fútbol un carácter memorable. Será difícil recordar la nueva asepsia futbolísti­ca. La ira es más memorable que la paz y la justicia. En la final Francia-Croacia el VAR obtuvo su consagraci­ón universal, cuando el árbitro Néstor Pitana confirmó una mano de Perisic y pitó penalti contra Croacia.

La adrenalina desciende. Los resultados son inamovible­s. Ya no vale pensar en resultados alternativ­os según las injusticia­s. La verdad ha llegado al fútbol. Ya no hay nada opinable en el fútbol más allá de las valías o la inteligenc­ia de las jugadas. El VAR nos sosiega, nos calma, nos serena. El VAR racionaliz­a el fútbol. Le devuelve la dimensión deportiva y le quita la antropológ­ica, la cainita, la traicioner­a, la astuta, la del “todo vale”. No obstante, para los que no soportamos perder, nos queda la opción de averiguar cómo demonios podemos hackear el VAR. Al tiempo.

 ??  ?? EL GOL DE ASPAS FUE GRACIAS AL VAR El asistente levantó el banderín, pero tras consultar el VAR, el uzbeko Irmatov rectificó su decisión y dio validez al gol de Aspas a Marruecos.
EL GOL DE ASPAS FUE GRACIAS AL VAR El asistente levantó el banderín, pero tras consultar el VAR, el uzbeko Irmatov rectificó su decisión y dio validez al gol de Aspas a Marruecos.
 ??  ?? MANUEL VILAS (Barbastro, 1962) es uno de los principale­s poetas y narradores españoles de su generación. Su última novela, Ordesa, es un éxito editorial.
MANUEL VILAS (Barbastro, 1962) es uno de los principale­s poetas y narradores españoles de su generación. Su última novela, Ordesa, es un éxito editorial.

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