Boicot de los agricultores y la policía daña al pelotón
Los gases usados para la dispersión provocaron estragos
Transcurridos 31 kilómetros, y superada la cota de Fanjeaux, un grupo de agricultores cortó la carretera con balas de paja y se manifestó con tractores y rebaños de ovejas a ambos lados de la calzada. La etapa debió pararse hasta que los gendarmes y la organización del Tour lograron despejar la vía. Sin embargo, los métodos empleados por los policías causaron más problemas: dispersaron a los granjeros con gases lacrimógenos, lo que afectó también a los ciclistas. Con la visión reducida y bastantes molestias, la marcha se ralentizó.
Numerosos corredores, como Chris Froome, Geraint Thomas o Peter Sagan, tuvieron que echarse agua de los bidones en sus ojos para aliviar la irritación. Los coches médicos del Tour repartieron distintas soluciones, como colirio y suero fisiológico. Los agricultores franceses han bloqueado refinerías y protestado contra el presidente, Emmanuel Macron, para intentar romper la negociación UE-Mercosur, que consideran perjudicial para sus intereses.
No obstante, y en plena labor de concienciación para que los aficionados no lleven bengalas a la carrera, fue la gendarmería la que provocó las complicaciones en la visión del pelotón y tos. Mikel Landa lo explicó con gracia: “La sensación se asemejó a la de los botes de humo de Alpe d’Huez, muy desagradable en la garganta. Al menos sirvió para que nos ayudáramos los unos a los otros por una vez. A mí me pilló de lleno, como al resto de los líderes, y me puso unas gotas un mecánico del Lotto”.
Este fin de semana se comunicó la prohibición de todo tipo de gases perjudiciales para la salud de los ciclistas: los infractores se expondrán a importantes multas económicas y a penas que podrían llegar a los tres años de prisión. Marc Soler se mostró partidario: “Me parece bien. Si con ese gas pimienta o lacrimógeno de la policía casi no avanzamos de los ataques de tos y picor de ojos, imagina que se consolidan las bengalas en vez de eliminarlas”. Christian Prudhomme, director de la ronda, justificó esta decisión y la actuación de los gendarmes: “Era lo que había que hacer”.
Irritación Los ojos de los ciclistas necesitaron colirios y sueros
El Tour “Era lo que había que hacer para que la etapa siguiera”