Las claves del mal Mundial de España
Una vez concluido el Mundial llega el momento de sacar conclusiones con miras algo más amplias y destacar varias claves de la Selección.
Primero habría que analizar la importancia de la fatiga y la edad. Cuando una selección gana un Mundial los jugadores alcanzan un estatus y una consolidación en el equipo nacional que es difícil de romper. En el siguiente Mundial tienen cuatro años más y en un torneo tan exigente influye hasta el punto de tener que irte a casa antes de lo esperado.
En segundo lugar, una reflexión necesaria sobre el portero. Al margen de la mala actuación de De Gea, el análisis debe ser otro. ¿Era el mejor portero para la fase final? No lo creo. Con toda seguridad ninguno de los títulos de la época reciente habrían llegado sin un especialista en parar penaltis. Con Casillas pasábamos.
Creo que resulta fundamental también la versatilidad de los jugadores. Y pongo dos ejemplos claros. España tenía cinco mediapuntas (Iniesta, Isco, Silva, Asensio y Thiago), pero carecía de un regateador. Y luego teníamos a Aspas y Rodrigo, dos delanteros que aportaban casi lo mismo. Faltaba el perfil de delantero cabeceador.
Otro punto a analizar es el de la inmovilidad del once. Si tu apuesta es ganadora hay que mover al equipo. Así, los jugadores más importantes están frescos y el resto enchufados. La Selección, con el nivel de jugadores que tiene, nunca queda coja.
La falta de gol condicionó nuestro camino. En las competiciones que ganamos teníamos dos grandes delanteros como Villa y Torres y uno de ellos en banda izquierda. Ningún mediapunta marcaría cinco goles como hizo Villa jugando ahí. Habría que haber calcado la fórmula con Aspas o Rodrigo.
Zaragoza