AS (Catalunya)

Plata de la infalible Vall

Nadó brillante el 200 braza (2:23.02) y Marina García fue cuarta

- ALBERTO MARTÍNEZ

Jessica Vall ganó en Glasgow la plata en una emocionant­e final de 200 braza, con un tiempo de 2:23.02 y solo superada por la rusa Efimova. Marina García se quedó a dos décimas del bronce. La catalana, con esta nueva medalla, lleva en el podio europeo en las últimas tres competicio­nes.

Jessica Vall tenía la carrera en su privilegia­da cabeza. Y, además, le puso el ímpetu necesario y el corazón cuando en los últimos metros apenas le quedaban fuerzas. Apostó por mantener la técnica y pensar en los duros esfuerzos que había hecho en Sierra Nevada. Sus 2:23.02 le valieron para ganar una plata, otra medalla en su palmarés en unos emocionant­es 200 braza, coronados por la incalifica­ble rusa Yuliya Efimova (2:21.31) y aliñados también por el excepciona­l papel de Marina García, que se quedó a dos décimas del bronce (2:23.43), obtenido por la británica Molly Renshaw (2:23.23).

Las pruebas de 200 metros son las reinas de la estrategia. Cada nadador escoge un camino diferente para alcanzar un final, y el juego de desgaste psicológic­o tiene también un papel importante. Vall decidió salir valiente para marcar territorio y Marina se centró en su calle, codeándose con Efimova y la danesa Rikke Pedersen, la plusmarqui­sta mundial. En el primer 50, Vall pasó tercera (32.98). Después del viraje, la nadadora del CN Sant Andreu aceleró y, con un parcial de 1:09.10, pasó primera por el ecuador. Marina no le perdió la compostura a la prueba, y tocó segunda. Demostró una solidez en su nado que, a sus

Medallas Acumula en esta prueba podios europeos en 2014, 2016 y el de ahora

24 años, le augura un gran futuro con vistas a Tokio 2020. La opción de contar con dos españolas en el podio cobró más sentido que nunca.

En el tercer largo, Efimova tomó posiciones. Se situó directa al oro, que ya ganó en el 100 braza con récord de los Campeonato­s. Sus 1:45.00 dejó a sus perseguido­ras a más de ocho décimas. A su izquierda, Marina, Pedersen y Vall peleaban por las medallas, y a su derecha la británica Renshaw era la única que aguantaba el pulso. Tras el viraje, Vall aceleró hasta la plata. No dio tregua. No perdió la longitud de la brazada y aumentó la frecuencia, puso corazón y mantuvo la cabeza fría, y tocó segunda. Marina peleó por el bronce, ganó a Pedersen pero solamente Renshaw, animada por el público del Tollcross Internatio­nal, le superó en el último instante.

Con esta medalla, Vall conquista la tercera en esta prueba de forma seguida. En Berlín 2014 logró el bronce, y en las dos últimas ediciones ha sumado una plata. Camino de cumplir 30 años, la Benjamin Button española sigue ampliando su palmarés. Vall se ha convertido en infalible.

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SONRISA. Jessica Vall, con su plata y la mascota de los Europeos.
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