Como americanos
La velocidad británica brilló en el Olímpico
Los jóvenes sprinters británicos Zharnel Hughes y Dina Asher-Smith destacaron en la primera jornada de un Europeo de Berlín en ebullición.
Los velocistas europeos, irrelevantes casi siempre, comienzan a dar señales de autoridad. Y su tirón afecta al atletismo, que ayer vivió una
excelente jornada en el Olímpico de Berlín. Zharnel Hughes, un atleta antillano que representa al Reino Unido, ganó la final de 100 metros con una buena marca, 9.95 segundos, una centésima mejor que su compatriota Prescod. La gran novedad, el italiano Filippo Tortu, no revalidó los 9.99 segundos que registró en Madrid, pero todo indica que estamos ante un sprinter muy especial, lo mismo que la británica Dina Asher Smith, vencedora inapelable con la mejor marca mundial del año: 10.85 segundos.
Tenía que ser Berlín el escenario del repunte del atletismo europeo, deprimido durante casi dos décadas, con un efecto devastador en la audiencia televisiva, los recursos económicos y la consideración en el mapa deportivo. La despedida de Usain Bolt, resistente percha de la que se colgó la
Federación Internacional de Atletismo (IAAF) durante 10 años, produjo un vacío estremecedor. Sin embargo, esta temporada ha despertado con una magnífica generación de jóvenes figuras, tanto en Norteamérica como en Europa, por no hablar de la profusión de brillantes atletas cataríes.
Sin llenarse, pero con una afluencia considerable, el estadio Olímpico de Berlín, escenario de las legendarias actuaciones de Jesse Owens en los Juegos de 1936 -cuatro medallas de oro- y de Usain Bolt, autor en 2009 de dos récords monstruosos (9.58 segundos en los 100 metros y 19.19 en los 200), recuperó todo su sabor en medio de un bochorno africano. A nadie le importó. Era un día perfecto para las carreras de velocidad, siempre agradecidas con el calor. Entre las novedades de esta esperanzadora temporada pocas destacan más que el emergente papel de varios sprinters europeos, un dato de primer orden que beneficiará la popularidad del atletismo si la progresión se mantiene.
La ausencia de Vicaut, eterna referencia francesa en los 100 metros, evitó el tradicional combate con los británicos, con tres velocistas por debajo de los 10 segundos (Zharnel Hughes, Prescod y Ujah). La noticia llegó del Sur, a través del italiano Filippo Tortu, un chaval de 20 años que promete grandes cosas desde juvenil. Hace mes y medio, bajó de los 10 segundos (9.99 segundos) por primera vez en su vida. De paso batió el longevo récord italiano de Pietro Mennea (10.02), conseguido en 1979. Italia ha enloquecido con su sprinter, convertido en una estrella mediática. Tortu no funcionó bien en la final. Era el más joven y pagó la tensión. Fue quinto (10.08), pero su rostro reflejó la decepción en los últimos metros. Se dejó ir.
Nunca se ha visto tanta y tan interesante cantidad de sprinters en Europa. También entre las mujeres, donde la holandesa Dafne Schippers ha gobernado sin oposición durante los últimos años. La aparición de la británica Asher Smith y de la joven alemana Luckemkemper (21 años), encargada de recuperar una tradición de campeonas que se cerró con la unificación alemana y el desagradable caso de Katrina Krabbe, la última estrella de la valquirias de la
RDA. No decepcionó en la final (2ª con 10.98), pero no hubo duda en la victoria: Dina Asher-Smith ganó con una autoridad aplastante. Batió el récord británico (10.85 segundos), logró la mejor marca mundial del año y se instala como heredera de Dafne Schippers, tercera en la final.