Chanchullo en el Girona Barça
El Girona-Barça que se disputará en Miami está teniendo un parto largo y pesado. Arrancó mal, con una filtración a un medio de comunicación y, de hecho, la filtración ha sido la manera utilizada por todos los implicados. Después encontró la oposición de los jugadores y técnicos, que amenazaron con una huelga. Le siguieron los socios del Girona, que acusan a su club de opacidad y consideran insuficientes las medidas compensatorias que se les comunicaron mediante una nueva filtración. Algunos del Barça también le piden a Bartomeu boletos gratis para ver a Messi en Estados Unidos.
A hora es la RFEF, la que parece que dice que no lo ve claro y recuerda que tiene que autorizar el partido. No es el único OK que hace falta. También lo tienen que dar el CSD, la UEFA, la Federación Norteamericana e incluso la CONCACAF. Y la última palabra siempre la tendrá la FIFA, en cuyos planes para expandir el futbol a nivel mundial, no entra un Girona-Barça. No se puede negar que en la gestación del partido se están dando todos los vicios patrios. Tirar la piedra y esconder la mano, empezar la casa por la ventana, el ‘tira palante’, la hiperventilación y acabará, seguramente, con otro vicio muy extendido: el cobrar, callar y mirar para otro lado En el fondo todo se reduce a qué parte del pastel me toca. ¿O pensaban que con 1.500 vuelos se solucionaba?