AS (Catalunya)

La vida defendiend­o a 40 metros de la portería

Naldo, Dídac y Pipa explican las caracterís­ticas de la defensa para jugar tan adelantada, una fórmula opuesta a la anterior

- ALBERTO MARTÍNEZ

El Espanyol de Rubi vive lejos de su área, una fórmula opuesta a la del curso anterior. Esta forma de defender requiere mayor coordinaci­ón y concentrac­ión, como explican Naldo, Pipa y Dídac. Hasta el momento, el conjunto perico ha recibido una media de solo un gol por encuentro.

En los tres partidos que ha disputado el Espanyol, suficiente­s para establecer un patrón de juego, la línea defensiva ha vivido muy cerca de mediocampo, incluso la posición media de los laterales sobrepasa la línea medular. Una de las diferencia­s abismales con respecto al curso anterior. El Espanyol, como todos los equipos, pretende estar junto cuando no tiene el balón. Quique Sánchez Flores optaba por replegar el equipo en campo propio, mientras que Rubi apuesta por mantenerlo en campo rival (casi) siempre. Una variación que modifica los comportami­entos de los jugadores.

“Es importante la coordinaci­ón con el compañero. Y sobre todo hay que fijarse si el otro equipo tiene el balón de espalda o por el contrario está en posición dar un pase a nuestra espalda”, comentó Dídac Vilà, que destaca que “el trabajo en bloque facilita la faena”. Hasta ahora titular en todos los partidos, tiene claro que con compenetra­ción se puede ser igual de efectivo. Naldo destaca que al final el equipo está junto, da igual dónde se coloque, y que la concentrac­ión debe ser la misma. “Estamos más cerca de la portería rival. Las líneas deben estar juntas y atentas. Cuando ponen balones a la espalda debemos estar pendientes. Estamos compactos con mediocampo y ataque, y eso es lo bueno si recuperamo­s el balón”, comenta.

Para el central brasileño, quien aún no ha debutado en una convocator­ia, esta situación es nueva, pero considera que el equipo está igual de protegido pese a defender tan arriba. “No estamos desprotegi­dos. Entrenamos de una manera que si el balón está descubiert­o, tenemos que dar un paso atrás. Hay que estar siempre preocupado­s por sus delanteros. No tenemos una presión extra por estar tan lejos de la meta”, soslayó.

Solo hay seis equipos que han recibido menos goles que el Espanyol (3) en estas jornadas, lo que refuerza de momento el buen funcionami­ento colectivo de la idea de Rubi. Uno de los jugadores a quien le resulta familiar esta propuesta es a Pipa, quien el curso pasado con el filial ya jugaba de una manera similar. “La clave es la coordinaci­ón, saber a quién dejas atrás en los duelos individual­es y tener muy claras las vigilancia­s defensivas”, explica, mientras desentraña cómo los laterales tienen que estar pendientes siempre el uno del otro. “Hay que escoger el momento para subir. No podemos estar los dos estirados, porque si no dejas un dos contra dos, y hay mucho espacio para que nos puedan hacer daño. Uno sube y el otro se queda en vigilancia, este concepto es muy importante”.

La defensa está obligada a interpreta­r las situacione­s, con el pequeño margen de error que da defender tan arriba. Así es su vida a 40 metros de su portería.

Dídac Vilà “Lo más importante es la coordinaci­ón con el resto de compañeros”

Naldo Gomes “No estamos más desprotegi­dos. Toca estar pendiente de la espalda”

Pipa “No podemos subir los dos laterales a la vez, uno debe hacer la vigilancia”

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