Ni Messi vive solo del talento

Douglas Luiz es el jugador más caro que se haya enfundado jamás la camiseta del Girona. El Manchester City pagó por él casi 14 millones y lo cedió al conjunto de Montilivi pensando que este joven talento iba a encontrar en La Liga y un modesto acabado de llegar a ella la pista de aterrizaje perfecta para tener un desembarco exitoso en la Premier. Pero ni una cosa ni la otra. Ni explotó en Girona ni ha podido enfundarse la zamarra del Manchester City en partido oficial a pesar de que Pep

Guardiola le daba cabida en el primer equipo. Las autoridades británicas no le dieron el permiso de trabajo y, tras mucho remolonear, aceptó esta segunda cesión.

Douglas dudó porque el año pasado no encajó en el esquema de Machín. Es difícil saber quién hizo menos para que los derroteros fueran otros, pero el perjudicado fue él. Douglas enseñó tanta calidad como falta de adaptación y no entendió que, en ese Girona, el balón no se recibía al pie. Pero ahora las cosas han cambiado. Machín ya no está y Cárcel reconoció que su salida había abierto una puerta a su regreso. Eusebio y Douglas maridan mejor, ciertamente, pero eso no le dará carta blanca. Deberá esforzarse más por encajar en un fútbol que va a otra velocidad y que tiene un nivel de exigencia muy superior. Porque ni Leo Messi puede vivir solo del talento.