A Lopetegui se le encasquilla su ‘Plan B’
Bale ni calentó con 1-0 y el Espanyol apretando...
EI último doblete blanco (2016-17) fue encarrilado por el ya famoso, y parece que difícilmente superable, Plan B de Zidane. Lopetegui está intentando tejer el suyo propio ya que el 3-0 al Roma constató la solvencia de la primera unidad. El Espanyol (y en el Bernabéu) antes del Sevilla y el derbi era momento de rotaciones profundas y el Madrid caminó sobre el alambre con en un día que descansaron Carvajal (debutó Odriozola), Marcelo (le suplió Nacho), Kroos (paso a Ceballos) y Bale (Isco). De hecho, el galés tenía pactado ser un suplente de emergencia: ni se le ordenó calentar pese a lo corto del 1-0 y el balón amenazante de Borja Iglesias al travesaño. Al 11 blanco apenas se le vio cuando una cámara de televisión le cazó escabulléndose en el minuto 21... para irse al baño.
Un triunfo chapado en sudor en el que Lopetegui escudó a los nuevos. “Hubo lecturas positivas, como la aparición de Odriozola y Marcos Llorente, el buen hacer de Nacho, que estaba condicionado por esa amarilla pronto...”, analizaba el técnico blanco, que dio la clave del por qué retocó tanto su once: “Estas tres semanas que nos vienen nos obligaban a esas decisiones”.
Nacho fue uno de los damnificados. Perdió 19 balones, una cifra extraña para un defensor de su sobriedad. Ante el Girona perdió ocho, frente al Getafe apenas siete... Desajustes en los que también se vio Odriozola, muy activo en ataque, poco sincronizado atrás. De las cinco faltas que hizo el Madrid en todo el encuentro, dos fueron del nuevo dos madridista. Uno de sus compañeros en las trincheras defensivas, Varane, defendió las rotaciones. “No vamos a ganar 5-0 cada partido, necesitamos de todos”, comentó el galo en la flash interview. Mirando la portería rival, este Plan B de Lopetegui que finalmente no incluyó a Vinicius (“Un futbolista diferente”, así lo definía ayer Odriozola) también anduvo algo achacoso: disparó la mitad de veces (16) que en la avalancha europea contra el Roma (30).
Intocable. Muchos rotan, pero no Ramos. Es el único que lo ha jugado todo y goza de la autonomía del brazalete. Como para subir al ataque de motu proprio una y otra vez pese a que Lopetegui ya había metido un ariete de empuje en Mariano. “Esas situaciones a veces se dan, pero no es algo que esté hablado, son situaciones espontáneas que surgen...”, admitía el técnico. Ramos remató una vez, con paradón de Diego López, Benzema y Mariano, ninguna. Rotaciones, pero respetando las jerarquías.