Los primeros 15 minutos que señalan el camino
“Me han llenado”, asumió Rubi. Cinco chuts, posesión y mucho más
Con un semblante relajado, que claramente reflejaba satisfacción, escuchaba Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ una pregunta sobre el desempeño de su Espanyol en los primeros 15 minutos del partido ante el Eibar. La respuesta estuvo en concordancia con el gesto: “El primer cuarto de hora ha sido para enmarcar, me ha llenado mucho. Se acerca a lo que quiero. Ojalá lo podamos hacer en frecuencias más altas de tiempo”, suspiró.
Hagamos ahora un ‘flashback’ hacia los dos minutos y medio de choque, cuando el propio Rubi se desgañitaba en la banda, lamentando un cambio de orientación errático. El técnico buscaba ya la perfección, tras unos primeros instantes en que el Eibar había forzado un córner y cabeceado fuera (Pedro Bigas) la primera ocasión, y forzado un saque en largo (el primero y único en ese periodo) de Diego López con su habitual presión alta. ¿Cuál es, pues, el Espanyol que quiere Rubi? El que llegó acto seguido.
En apenas un minuto y tres segundos, del 5:13 al 6:16, disparó tres veces el Espanyol (Leo Baptistao, Pablo Piatti y Sergio García), fruto no tanto de obcecarse en la posesión como de la presión tras pérdida, de los robos y de endiabladas transiciones, con conducciones como las de Óscar Melendo y Sergi Darder, quien ejecutaría el cuarto de los cinco remates que llevó a cabo el conjunto perico (el último, de Sergio García en una falta lateral) durante ese primer cuarto de hora: más de la mitad de los nueve chuts con los que cerraría el partido, amén de un centro exitoso y tres asistencias de remate.
Sacaba de quicio el Espanyol a José Luis Mendilibar, el técnico del Eibar, quien a los nueve minutos mostraba visiblemente su enfado desde la banda por un Espanyol que forzaba sus errores, imponía un ritmo elevadísimo y ocupaba los espacios perfectamente en el repliegue, especialmente en el tramo final de esos 15 minutos “para enmarcar”.
Como consecuencia, no tuvo que intervenir Diego López ni una sola vez para realizar una parada, tampoco cometieron ninguna falta los pericos, que sí recuperaron hasta cinco balones e interceptaron cinco de los 16 que harían en todo el partido (prácticamente un tercio, en un espacio tan reducido de tiempo).
En elaboración, sumó el Espanyol 90 pases (75 buenos, 15 fallados), una cifra altísima teniendo en cuenta que no mandó en ese periodo el juego posicional. Otro ejemplo es que perdieron los de Rubi la posesión en el global del partido (46,1 por ciento), pero en los 15 primeros minutos sí la protegieron, con picos del 65% del cinco al diez. Un cuarto de hora para enmarcar.