Hermoso se destapó sin el abrigo de David López
El Espanyol, pendiente ahora de las lesiones de ambos
La lesión de grado uno en el adductor derecho de Mario Hermoso inquieta, porque si un futbolista del Espanyol destacó sobre el maltrecho césped de Vallecas, ése fue precisamente él. Una situación que, por un lado, no sorprende, puesto que no es el primer partido en que sobresale. Pero, por otro, paradójicamente asombra porque el madrileño ha emergido en una semana en la que no contaba con su habitual compañero en el eje de la zaga, el hasta ahora insustituible David López.
Lejos de amedrentarse, o de mostrar carencias, Hermoso ha asumido en esta semana de tres partidos el liderazgo en la defensa con una naturalidad impropia de un jugador de 23 años que inicia su segunda temporada en Primera División. Y, además, lo ha hecho indistintamente hiciera pareja con Naldo Gomes o con Óscar Duarte. Ha sabido potenciar sus virtudes y pulir sus defectos. El más visible quizá sean sus pases largos, a menudo con cambios de orientación, cada vez más acertados porque sabe encontrar el momento justo para ejecutarlos.
En las siete jornadas que se llevan disputadas, Hermoso ha trazado 307 pases (un promedio de 43,8 por partido), con una precisión del 83 por ciento. Un dato que muestra su fiabilidad para salir desde atrás con el balón jugado, o para traspasar líneas con una asistencia.
Pero el madrileño es mucho más. Lo demuestran sus los dos goles que acumula ya: con el pie derecho contra el Celta y de cabeza frente al Eibar. Incluso resultó decisivo en el 1-1 del viernes contra el Rayo Vallecano, ya que se incorporó, remató, y del rechace del portero surgió el remate final de Borja Iglesias. La precisión de su tiro es de un 89 por ciento.
“Mario tiene ganas de dar un paso adelante, de hacerse un jugador importante en el fútbol profesional, y está haciendo todo lo posible”, aseguró el propio Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ en Vallecas. Y añadió: “Se está cuidando, está trabajando y lo más importante: está rindiendo. Veremos dónde está su límite”. Y todo, con un jugador que venía de jugar solo seis partidos en toda la segunda vuelta del curso pasado.
Liderazgo El madrileño lleva ya dos goles y un 83 por ciento en la precisión de sus pases