El inicio de una era apasionante
Se repira otro ambiente en Tarragona. Tras un inicio de temporada más que alborotado parece que el club ha encontrado a un entrenador que ya tiene muchos tiros pegados, sabe de qué va y qué pide la Segunda División y que no se complica: Enrique Martín. Es un hombre visceral, que vivió su debut en el banquillo (por superstición cambió el local con el del visitante) como un nastiquer más. Su celebración en el gol de Albentosa, recorriendo toda la banda para abrazarse al equipo, alentó a la afición y le ha hecho creer que estar fuera del descenso antes del 22 de diciembre es posible. Empezar con una victoria también ayuda a confiar, pero más allá de sensaciones, se vio a un equipo que sabe a qué juega y que se deja el alma hasta el final por conseguirlo.
Además, también ha caído en gracia entre los jugadores. Sabe cómo ganárselos porque les da confianza y se muestra cercano. Va de cara y si eres bueno te lo explica y si fallas, te lo advierte. Con Gordillo, que no hay que olvidar que salvó el curso pasado a un equipo que estaba con un pie en Segunda B, se había tocado fondo y se necesitaba un acicate. El viernes visita al Albacete, exequipo de Martín, y habrá que ver si la reacción grana es real o estéril. Hay pasión, ilusión y confianza en el ambiente y ello es vital para que pasen las cosas. Cosas buenas, por fin.