Lo que no mejora deprime

Fue la frase que condenó poco a poco a Ziganda. “Lo que no mejora empeora”, soltó cuando empezaba a padecer un calvario que ahora se reproduce. En este instante la cosa no puede empeorar más, es que deprime hasta lo absoluto. Esto no hay por dónde cogerlo. Las decisiones de Berizzo empiezan a ser absurdas. Ha cambiado sus planteamientos valientes por los más temerosos del mundo. ¿Tan mal habrá visto el panorama? Y ya tiene el récord en los 120 años de historia del Athletic: diez partidos oficiales sin ganar. En cualquier otro club del mundo eso significaría destitución. En Bilbao no se estilan esas decisiones drásticas. Ya lo puede aprovechar.

Tampoco los jugadores se pueden ir de rositas. Hay algunos claves que no están bien y si el Toto abrió la Liga con vacas sagradas en la grada ahora se ha hecho descaradamente conservador. ya no es él. Iñigo, Yuri y Aduriz están bajo mínimos. El medio campo es solo músculo, no hay forma de jugar, de hacer circular el balón con coherencia para buscar por fin un pase decente a los buenos rematadores que hay por dentro. No hay rumbo y esto no se puede aguantar. En San Mamés el sueño de Europa está ya dinamitado, la gente rebusca tres equipos peores. La deprimente sensación se contrapone con el éxtasis de los pericos. Barcelona manda en LaLiga. Los dos equipos al frente. ¡Qué envidia!