“Ahora miran al Espanyol”
Hermoso, el internacional 44. “Soy ambicioso y no me pongo techo”
Alas 11:33, cuando la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) colgó el vídeo en el que Luis Enrique hacía oficial la lista de convocados, Mario Hermoso realizaba un ejercicio de entrenamiento de lanzamiento a portería. El central madrileño acabó la sesión y, justo después, sus compañeros le fecilitaron y Rubi quiso charlar con él apenas un minuto. “Me dio la enhorabuena, me dijo que crea en lo que estamos haciendo”, comentó el jugador de 23 años, que reconoce que ahora el Espanyol está de moda y eso ayuda a que se fijen en sus futbolistas. “Va en consecuencia con el trabajo y el nivel que tiene el equipo. Ojalá podamos incorporarnos más compañeros. La gente mira el Espanyol”, valoró.
El futbolista se definió como una persona “ambiciosa” y con “carácter”, y dejó claro que “no me gusta ni ponerme ni que me pongan techo, siempre creí en mí y en mis cualidades”. Una de las claves de la convocatoria fue la manera de jugar de Rubi en el Espanyol, según Hermoso idéntica a la de la Selección. “Es la misma filosofía que estamos teniendo aquí. Es un trabajo bonito y colectivo con balón, juego vistoso, trabajar con una línea defensiva fuerte y valiente, robar rápido, llegar con salida limpia de balón… Se parece mucho al estilo que tenemos en el Espanyol”, concluyó.
Hermoso quiso agradecerle a su familia el apoyo desde siempre, y también a los consejeros que ha tenido en su
La filosofía de la Selección es la misma que tenemos en el Espanyol”
etapa blanquiazul. “David ha sido una de las personas que más me ha ayudado, me ha corregido, me ayudó tácticamente y posicionalmente. Tenemos mucha relación y charlamos antes, durante y después de los partidos. Vemos y comentamos jugadas, hablamos de situaciones para que no nos pasen”, reflexionó.
Su historia. El central llegó al Espanyol procedente del Castilla, fichaje que cerró Jordi Lardín. Antes de ganar confianza y ser titular en el club perico, el jugador estuvo en dos momentos casi fuera del club. El primero de ellos, el último día de mercado de la campaña 17-18, cuando Quique Sánchez Flores quiso cederlo para aligerar la plantilla pero el jugador decidió quedarse y pelear una plaza. El otro momento crítico se produjo este verano. Con una oferta del Zenit, el director de Fútbol Profesional, Rufete, le convenció para que se quedara en el Espanyol. Y así hizo. “Cuando llegué era una persona desconocida para la afición y la prensa. Mi mentalidad nunca ha cambiado. Vine con la mentalidad de hacerme un hueco. Era inexperto, pero a base de trabajo y de buenos consejeros pude jugar. Si tienes una buena mentalidad, eso ayuda”, explicó.
El cambio de chip y la mejora individual llegó con Rubi. El central madileño, que no quiere oír aún las campanas del Real Madrid (puede comprarlo por 7,5 millones), lo tiene claro. “El primer año no fue ni el más bonito y ni el esperado. Pero lo que transmitió Rubi, su confianza y el juego del equipo es lo que más me llamó la atención. Y pensé que esto era lo mejor que me venía ahora mismo. Su fútbol me beneficia”, comentó el internacional 44 de la historia perica.