Una inversón catarí, “casi cerrada” para solucionar la crisis
Oliver se reunió con la plantilla
La luz al final del túnel, aunque tenue, ya se vislumbra. Esta es la situación en la que se encuentra el Reus, con una crisis deportiva y económica galopante que podría finalizar en los próximos días. Y es un condicional, pues el acuerdo con un grupo inversor catarí no está cerrado. Está “casi cerrado” tal y como aseguró Oliver al vestuario del
Reus (y que adelantó el Diari Mes) pero queda un fleco por cerrar. Y no es pequeño: para que el máximo accionista rubrique el acuerdo debe tener el compromiso de que Tito, Yoda, Vítor y Cuenca serán jugadores del Reus en cuanto se abra el mercado. Y por el momento no tiene ese compromiso.
Todos en Reus esperan un desenlace feliz, pero la realidad es que la capacidad negociadora de Oliver es pequeña. El día 10 de diciembre está marcado en rojo en el calendario, pues es la fecha en la que jugadores y trabajadores del club acumularían tres meses sin cobrar. Si se llegara a ese caso cualquier futbolista del primer equipo podría rescindir de forma unilateral su contrato y firmar por otro club. No es ningún secreto que, sobre todo aquellos que acaban contrato en junio como los que no tienen ficha, han valorado muy seriamente esta posibilidad.
Pese a que el Reus no manifieste de forma oficial ninguna posición al respecto (más allá de reconocer que “se está negociando”) hay una sensación de optimismo. En primer lugar por el mensaje que Oliver trasladó a la plantilla y el cuerpo técnico, y por otro porque el acuerdo está muy avanzado. Con él todos los trabajadores cobrarán todo lo debido, se hará frente al menos a un parte de la deuda y se podrán inscribir a cuatro jugadores.
Límite A partir del diez de diciembre los jugadores serán libres