El Girona se lleva el primer partido con tres árbitras
Sara Peláez, Asun Langa y Laura Piñeiro hicieron historia
Dice Monty McCutchen, encargado de supervisar a los árbitros en la NBA, que hay que dejar atrás la vieja mentalidad por la que el deporte masculino lo entrenan hombres y lo arbitran hombres porque lo practican hombres. Así tiene que ser, y así queda demostrado cada vez que hay ocasión. Por eso el Spar Citylift Girona-Perfumerías Avenida de ayer es historia del baloncesto español: el primer partido dirigido por tres árbitras.
Asun Langa, Sara Peláez y Laura Piñeiro dejaron un hito trascendental en el acta pero pasaron desapercibidas en la pista con un trabajo impecable, la mejor señal en su oficio. Nunca habían coincidido tres árbitras en pista, sí dos cuando no era obligatorio que hubiera una tercera. “Es algo que tenía que llegar”, dijeron las protagonistas antes del partido. Y que tiene que llegar para quedarse.
El choque fue un trueno del Girona, que aplanó desde el salto inicial al todopoderoso Avenida, que venía de pelear hasta el último segundo contra el descomunal Kursk de Lucas Mondelo. El 79-53 final resulta sorprendente, pero lo cierto es que el Girona venía embalado: después de perder en la quinta jornada contra el Cadi La Seu, había ganado los cuatro partidos anteriores por una media de casi 34 puntos. Este triunfo le alza al liderato con 9-1, igual que el Perfumerías, que encajó su primera derrota, y el sorprendente Lointek Gernika.
El primer cuarto (27-9) abrió una brecha que ya no se cerró. Primero puntos fáciles tras forzar pérdidas del rival, después la excelente gestión de dos veteranas como Laia Palau (8 asistencias) y Nuria Martínez, perfectamente rematada por Colhado, Murphy y Hampton. Un merecido baño de autoestima para el Girona en un partido que, por el arbitraje, ya es historia de nuestro baloncesto.