Un Rennes construido para correr
■ El Betis tiene razones para estar contento con el sorteo de los dieciseisavos. Su rival, el Rennes, es un equipo incómodo, que sale rápido con el balón y que crea peligro al contragolpe, pero futbolísticamente está un escalón por debajo de los verdiblancos, que en teoría serán dueños del balón durante la eliminatoria y parten como claros favoritos.
Posicionado en la mitad de la tabla (undécimo), el Rennes va poco a poco recuperando su nivel de la temporada pasada, en la que terminó quinto de la Ligue 1. Sin duda, esa mejora ha venido de la mano de su nuevo técnico, Julien Stéphan, que sustituyó el pasado 3 de diciembre a Sabri Lamouchi, despedido por los malos resultados que estaba cosechando el conjunto bretón. Desde la llegada de Stéphan, el Rennes ha logrado tres victorias en sus tres últimos partidos.
El Rennes es un equipo cuya mayor virtud es la velocidad. No está construido para tener largas posesiones ni dominar los partidos con el control del balón. La velocidad en las bandas de Del Castillo y, sobre todo, de Sarr, unidos a la calidad de Ben Arfa, ex del PSG, Marsella y Newcastle, y la garra de Niang, cedido por el Torino, hacen del Rennes un equipo muy peligroso cuando tiene espacio para correr.
En el medio del campo, destaca Grenier, un jugador que piensa rápido y que es el hombre encargado de darle velocidad a las transiciones de defensa a ataque. Además, tiene facilidad para llegar al área. Internacional en cinco ocasiones con Francia, esta temporada ya suma cuatro goles y ha repartido cuatro asistencias.