Andorra y Asturias brillan en “una Vuelta redonda”
Los Machucos, Guadarrama y Gredos, otras claves del recorrido
Montaña Habrá ocho metas en alto durante las tres semanas
CINCO PUERTOS EN 96 KILÓMETROS
Contrarreloj Serán 18 kilómetros por equipos y 36 en individual
La Vuelta 2019 se disputará del 24 de agosto, con una crono por equipos en las salinas de Torrevieja, hasta el 15 de septiembre, cuando se llegará a Madrid. Ayer, en el Auditorio de Alicante, se desvelaron todos los detalles del recorrido.
La Vuelta 2019 se presentó ayer en Alicante con un recorrido que intenta mezclar tradición y novedad, con etapas cortas pero intensas (ninguna por encima de 200 km), y más protagonismo para los encadenados montañosos. Jornadas como la de Andorra, Los Machucos o las dos de montaña asturianas fueron grandes ejemplos. La andorrana, porque concentrará cinco ascensiones en apenas 96 km (Ordino, Gallina, Comella, Engolasters y Cortals d’Encamp). En el caso de la terrible cima cántabra, descubierta en 2017, porque estará precedida en esta ocasión por seis subidas, mientras que en el caso de Asturias, dos cimas inéditas como el Acebo y La Cubilla serán metas de dos días de peso.
Ante el podio de 2018 (Yates, Mas y López estuvieron presentes), se mostró “una Vuelta redonda”, como la catalogó el propio director, Javier Guillén. Con mucha montaña, una crono individual y ocho finales en alto, la carrera arrancará el 24 de agosto en las salinas de Torrevieja y, esta vez sí, se decidirá cerca de Madrid con una última semana con Guadarrama y Gredos como protagonistas.
Diferencias. La primera semana recorrerá el Levante para encontrarse en la quinta etapa con el primer puerto de entidad, la ascensión turolense al Observatorio de Javalambre, un puerto inédito de 12 km al 7% que se coronará a casi 2.000 metros de altitud. “Donde se empezarán a ver diferencias”, como aseguró un Valverde que tampoco faltó. Ese final en alto La novena etapa en suelo andorrano fue una de las que más llamó la atención ayer en la presentación. “Va a marcar diferencias”, aseguró Alejandro Valverde. Una jornada que concentra cinco puertos en 96 kilómetros, con cuatro kilómetros de tierra que enlazarán el final entre Engolasters y Cortals d’Encamp. “Será una etapa que va a dar mucho que hablar”, aseguró Purito Rodríguez, quien ha ayudado a su confección y que no quiso perderse el acto oficial de ayer. precederá a otros dos como Ares del Maestrat (otro nuevo) y Mas de la Costa, antes de que la primera parte de la competición termine en Andorra y la citada jornada que recuerda al final de fiesta de la pasada edición.
El primer día de descanso y la única crono individual se vivirán en Francia, pistoletazo a una segunda semana con la montaña como protagonista. Trazados sinuosos como los finales en Urdax y Bilbao darán paso a la etapa con meta en Los Machucos antes de las tres asturianas: una llana con final en Oviedo y dos de montaña. La primera, en el día de la festividad asturiana, con cuatro puertos, incluido dos pasos por El Acebo, puerto inédito que servirá de llegada por una vertiente espectacular. La Cubilla, ascensión de más de 20 km que debuta, cerrará el segundo tramo de carrera.
En el último, la Vuelta bajará hacia Madrid con dos puntos clave: la Sierra de Guadarrama, con un trazado similar al que decidió la general en 2015, y la Sierra de Gredos, que estará ubicada en la penúltima jornada con un recorrido de cinco puertos que, con Carlos Sastre participando en el diseño, invita a los intentos lejanos y a ese ciclismo añejo que parece querer recuperar esta Vuelta. Se cumplen diez años del maillot rojo y la ocasión lo merece.