El mejor regalo de Navidad
Andaba el Espanyol alicaído el pasado invierno cuando la Navidad le trajo un regalo. Tan habituado estaba el perico al carbón que ese gol de Sergio García en el último partido de 2017 que tumbó al todopoderoso Atlético fue uno de los mejores recuerdos de los últimos años. No sirvió, a posteriori, para demasiado, destituido Quique y moribundo el equipo. Los protagonistas han cambiado, pero la frustración continúa, después de ser la revelación de LaLiga en las primeras 11 jornadas y de ser el colista de las últimas cinco. Pero tarde o temprano las victorias deben llegar. Lo creen Rubi y la plantilla, que entienden que se han unido una serie de factores fatídicos.
No hay mejor rival para renacer y enterrar la mala racha que el Atlético. El Espanyol es uno de sus puntos negros estos años: en la última década la mitad de los partidos entre ambos han acabado con empate y derrota colchonera. No hay mejor escenario, tampoco, para que jugadores que han dado un paso atrás vuelvan a dar su mejor versión, y el Espanyol recupere ese rendimiento que cautivó a todos: las paradas de Diego López, la seguridad de David, el equilibrio de Marc Roca, el juego de Darder y los goles de Borja Iglesias. La mejor manera de no dudar es sumando puntos. Y eso sería otro regalo de Navidad.