AS (Catalunya)

Llull y Randolph meten 41 de los 82 puntos blancos

El Real Madrid remató al final a un Bayern que recortó 16 tantos

- RICARDO GONZÁLEZ LA CRÓNICA

El Madrid de baloncesto también gana en Múnich. Segunda victoria en tres visitas, aunque el Bayern llegó vivo al último cuarto (66-68) tras recortar en ocho minutos 16 puntos: perdía por 18 (40-58). Llull metió 17 tantos y 5 triples en el arranque, en 13:03.

El campeón de invierno, el líder al final de la primera vuelta, se decidirá el Día de los Inocentes, el 28 de diciembre, en Estambul en duelo directo: Fenerbahçe-Madrid. Pero eso será en una semana. Ayer, el equipo blanco volvió a azotar al Bayern, convertido ya en su bestia negra en tiempos recientes, ahora también en baloncesto. Los de Laso cortaron la racha alemana de tres triunfos seguidos y abrazaron su duodécima victoria en catorce encuentros tras lanzar doce veces más de tres que de dos (y anotar un triple más: 15 a 14).

El Madrid ganó con 19 puntos de Llull (encestó 17 de salida, en 13:03) y 22 de Randolph (la mitad del total) tras completar como colectivo 32 minutos ejemplares, casi perfectos. El pero es que se guardó 7:40, entre el final del tercer cuarto y el inicio del último, para el baúl del olvido. Pasó de un plácido 40-58 a un inquietant­e 66-68 (minuto 32). Parcial de 26-10 que le obligó a ganar dos veces, como el miércoles ante el Panathinai­kos. Pero este Madrid es diligente con sus obligacion­es y cumplió de nuevo.

Tavares ejerció de perro guardián del aro (4 tapones y alguno que se perdió en el camino entre la pista y el que los apunta) para que Campazzo, Causeur y Rudy defendiera­n en el perímetro con una red de seguridad atrás. Momento también para que Thompkins destilara su clase: triple y canasta a tabla casi sin respirar. Las cámaras enfocaron al final a Randolph por sus números de MVP, pero el último cuarto siempre es de Thompkins. El faro en la tempestad. Rudy apuntilló con el último triple. La mejor acción de la tarde fue también suya. Cuando la primera parte expiraba, se lanzó al suelo de espaldas contra las sillas de la grada para robar un balón que acabó en manos de Campazzo, que la embocó de tres sobre la bocina.

Era el broche a un primer tiempo de diseño. Laso sacó de salida a sus dos bases y, sin embargo, su equipo se olvidó del bote y explotó los sistemas en busca del hombre mejor colocado. Y ese, muchas veces, fue Llull. En 13 minutos anotó 17 puntos con 5 triples (de seis intentos), todos menos uno lanzados tras un pase extra, sin bote. Recibir y tirar, como si ejerciera de alero finalizado­r, y eso le liberó. Fue un factor para el triunfo, no como Derrick Williams, el número 2 del draft de 2011, que amasó hasta 14 posesiones sin demasiado éxito. El Madrid venció en Múnich, otra vez, aunque en baloncesto solo sea la segunda en tres visitas.

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EL INTIMIDADO­R. Tavares puso cuatro tapones y fue importante en el último cuarto. En esta acción trata de frenar a Radosevic.
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