Las señales de vida: la posesión, las ocasiones y la seguridad defensiva

El Espanyol del sábado en el Wanda fue el más parecido al que maravilló en las primeras 11 jornadas del campeonato desde la derrota ante el Sevilla (2-1), cuando comenzó la mala racha. Hay tres características que definían a aquel equipo, y nuevamente se pudieron apreciar. El Espanyol original de Rubi era un equipo que tenía más posesión que el rival, lograba generar más ocasiones y se mostraba solvente en defensa, con un papel destacado de los dos centrales.

Y, en el Wanda, logró tener el balón un 61% del tiempo, por un 39% del Atlético. El juego fue más fluido que en las últimas semanas, facilitado porque su rival decidió defender en campo propio una vez su presión resultaba ineficaz. Asentado en campo rival, los blanquiazules dispusieron de más lanzamientos que el Atlético. 12 remates por siete. Leo Baptistao fue el futbolista más incisivo con cinco remates, y todos los que realizó el equipo llegaron desde la zona derecha.

Al margen del ataque, el Espanyol, que contó nuevamente con tres centrales en el campo aunque Óscar Duarte adelantó su posición, fue seguro en defensa y solamente Antoine Griezmann encontró espacios para finalizar, en dos remates que detuvo un seguro Diego López. Los colchoneros solamente pudieron adelantarse de penalti, a la postre suficiente para ganar el encuentro.

Pese a las seis derrotas, ya ante el Betis el equipo de Rubi, que llegó al minuto 86 con empate (1-1) y solo se rompió el resultado a balón parado, demostró mejor posicionamiento y equilibrio, aunque en aquel encuentro perdió la posesión ante el conjunto de Quique Setién, que domina como nadie esa faceta. Después de estas dos últimas derrotas, el Espanyol espera reencontrarse ya con la victoria.