“Hemos pedido a la ITF que se prohíba apostar”
Miguel Díaz, presidente de la RFET, ante los amaños
El 31 de diciembre, la Unidad de Integridad del Tenis (TIU) comunicó la suspensión provisional de Marc Fornell-Mestres. Un tenista español de 36 años, clasificado actualmente como 1.007 del mundo en individuales (llegó a ser 167 en 2007) y 722 en dobles, que el pasado mes de octubre fue detenido por la Guardia Civil por, presuntamente, amañar partidos en torneos de categoría Futures y Challenger.
El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, al cargo de la instrucción en el juzgado número 5, informó en un auto que los 14 detenidos en la
Operación Bitures integraban una “organización criminal, principalmente dedicada a la estafa, corrupción entre particulares en el ámbito del deporte, usurpación del estado civil y blanqueo de capitales”. Entre ellos había corredores de apuestas armenios con base en Valencia y podría haber algún otro tenista muy modesto.
A Fornell le visitaron a principios de 2017 investigadores de la TIU en el Futures del CT Murcia y, tras ser interrogado, estos le denunciaron ante la Guardia Civil. Había evidencias de que Fornell primero apostaba en torneos en los que participaba (está prohibido) y después supuestamente hizo de intermediario con otros para “incitarles a alterar el resultado de sus partidos a cambio de una compensación económica”. Esta podía ir de los 1.000 euros por dejarse un break a los 5.000 por perder. Eso, en torneos que se desarrollan sin público ni vigilancia, plagados de jóvenes necesitados de dinero para financiarse una costosa carrera o veteranos como Fornell que han hecho del tenis su medio de vida. La trama de la que el catalán sería uno de los cabecillas también manejó cientos de identidades falsas y robadas para crear cuentas.
“No creo que sea preocupante, es una minoría”, opina Miguel Díaz, presidente de la Federación Española de Tenis. “Pero este grupo de tenistas que está en los Futures es muy vulnerable. Deberían desaparecer las apuestas en esta categoría y que sólo hubiera a partir de los ATP Challenger (segunda categoría del circuito), donde ya disponen de más recursos. Nosotros lo hemos pedido a la ITF (Federación Internacional) y nos consta que está estudiando la posibilidad de prohibir las apuestas este año”, cuenta. Según explica el dirigente madrileño, agentes de policía han dado también charlas preventivas en torneos al respecto. “Se trata de concienciar a la gente joven del peligro, pero lo ideal sería erradicar las apuestas para quitar el problema de golpe”, reitera.
Sanciones. En España, el primer jugador sancionado fue Guillermo Olaso (236º) en 2013 por cinco años. Samuel Ribeiro (723º), en 2017 con ocho meses. En 2016, la Guardia Civil detuvo también a 34 personas al detectarse posibles amaños en 17 torneos, pero no hubo suspensiones de la Unidad de Integridad. “Estamos en contacto constante con la ITF y TIU, les pasamos y nos pasan información”, avisa el presidente. La TIU tiene acuerdos con las casas, ESSA (entidad internacional de vigilancia) y organismos de control de Gibraltar, Malta o Gran Bretaña, que avisan de movimientos sospechosos.
Pero la tentación vive cerca. En España se jugaron el año pasado más de 50 torneos ‘menores’, con dotación en premios de entre 15.000 y 25.000 dólares. Como el que se celebra ahora en la Rafa Nadal Academy de Manacor, donde el jugador de mayor ranking es el 399º, el ruso Ivan Gakhov. Una competición sobre la que siete casas de apuestas ofrecían apuestas ayer. Pese a que no interesara a casi nadie (que no apostara).
Díaz
“Los tenistas que disputan Futures son muy vulnerables”
Problema
Marc Fornell fue detenido por amaños y el 31 de diciembre se le suspendió