Hay tipos diferentes en el Girona

La primera vez que a Bounou le preguntamos por su renovación respondió que era un portero “de 6 o 7” que estaba en el mejor club para llegar a ser “de 8 o 9”. Habrá quien pensó que era una frase de cara a la galería pero, muchos meses después, nos ha demostrado que, en este mundo marcado por el poder del dinero y el quemar etapas rápido, hay tipos que se rigen por otras normas. Se queda en Girona porque ahí está “su gente”; la plantilla con la que subió y se mantuvo en Primera, un entorno conocido donde sobran las presentaciones y donde le queda techo de sobra para crecer. Y lo dijo un jugador libre desde enero que ha hecho una primera vuelta de las que abren puertas. Se queda porque está a gusto pero, a fin de cuentas, porque le da la gana. Lo admitió y se lo agradeció el propio Cárcel.

Hemos disfrutado con la irrupción de Pedro Porro, con el crecimiento de Pere Pons o la magia de Patrick Roberts pero la temporada del meta, su renovación y su argumentario me parecen de lo mejor que le ha sucedido al Girona en lo que llevamos de temporada junto al rendimiento de Stuani. Es otro ‘elemento’ que, tras el año pasado que se marcó, no solo no se ha dormido en los laureles sino que está por encima de prestaciones. Para muestra, el golazo que le marcó el sábado al Alavés. El Girona lo tiene atado hasta 2020, el jugador sabe, como Bounou, que, como aquí, en ningún sitio, pero su mejora de contrato es otro movimiento que deberíamos ver a no más tardar. Porque, como decía Cruyff, el mejor es el que tiene que cobrar más y eso, en Girona, ahora mismo no sucede.