No frenan una sangría de goles que les está condenando

■ La crisis del Girona se puede explicar desde muchas vertientes (como los lesionados o la menor efectividad de los hombres de arriba) pero si hay una que destaca por encima de las demás esa es la fragilidad defensiva. Desde hace ya algunos años el equipo se había caracterizado siempre por ser uno de los menos goleados del campeonato, y es que el esquema con tres centrales te permite normalmente protegerte mejor. Sin embargo, en las últimas semanas, los registros defensivos son sencillamente muy malos.

El Girona ha encajado 20 goles en los últimos siete encuentros (entre Liga y Copa) lo que equivale a recibir 2’8 goles por partido. Unas cifras inasumibles para un equipo de Primera División y más teniendo en cuenta que ha sido una dinámica que ha ido en aumento: arrancaron bien LaLiga, pero en los últimos meses todos los registros del equipo están empeorando. Además, la defensa se ha ‘decompuesto’. Un jugador como Bernardo, que había disputado todos los minutos, ha sufrido ya dos expulsiones en los últimos partidos mientras que ha sido también la defensa donde el equipo ha sufrido más bajas. Un problema que el cuerpo técnico de Eusebio debe solucionar de inmediato para poder volver a sumar victorias.