El proyecto de Sebastiao
■ En 2010, Adile Sebastião creó el proyecto de la academia Fidjus de Bideras en Guinea Bissau, con el objetivo de formar jugadores que pudieran dar el salto a Europa. La historia de este empresario del país, que tuvo que emigrar en 1998 para buscarse la vida ante el creciente conflicto social, refleja las dificultades con la que los adolescentes afrontan la vida en Guinea Bissau.
En aquella fecha tenía apenas 13 años y se marchó de Guinea por miedo a la guerra. Acabó en Dakar y un empresario caboverdiano se lo llevó a su país por la “pena” que le causó. Ya en Cabo Verde, acudió un día a un encuentro de refugiados guineanos, quienes emprendían rumbo a Portugal. Se unió a la expedición y en el país luso pudo encontrar a un familiar que le ayudó a seguir jugando a fútbol (lo hizo en Leixões, Boavista y Salgueiros) y a estudiar. Con el paso de los años, dejó el deporte y se matriculó en la Universidad Católica Portuguesa para estudiar Derecho. Esa nueva vida le sirvió para crear distintas amistades y para conocer a Diego, ex jugador brasileño, cuya amistad le devolvió al fútbol: en 2009 se licenció como Agente FIFA y ahí plantó la semilla de su futuro vinculado al fútbol.
Fue después de ese título obtenido cuando regresó a su país (comentó que “lo encontré peor de cómo lo dejé”) y decidió crear su academia de fútbol. Unos meses después, Alfa Semedo se unió a los dos equipos que tenían, con 40 jugadores. En 2015, se produjo el fichaje del mediocentro ahora perico por el Benfica, una gran operación para Sebastiao, quien también ha tenido sus dimes y diretes en su club. Alfa es ahora su mayor icono.