Reflexiones sobre la Copa

No soy un fan de José Mourinho y considero que sus tres años en el banquillo del Real Madrid han dejado más fracasos que aciertos, más dudas que convencimientos. Y más imágenes turbias que bonitos retratos. Sin embargo, en la entrevista que le hice a Karim Benzema para el pasado viernes, mi compatriota resaltaba que el había sentado algunas bases que fueron muy útiles en los años posteriores a su marcha. “Nos hizo creer en nuestras cabezas que podíamos ser el mejor equipo del mundo”, me contó Karim. Pero no es lo único bueno que el técnico portugués dejó en el Madrid. También, y eso fue en beneficio del conjunto del fútbol español, ayudó a que la Copa del Rey recobrase un gran interés mediático y una mayor competitividad.

Fue en cierta medida una estrategia basada en el convencimiento de que, en su primera temporada (2010-11), era muy complicado disputarle el título de campeón de Liga al Barça de Xavi, Iniesta y Messi. Apostó muchísimo y con sus mejores onces por la Copa para intentar asegurarse por lo menos un trofeo. Y así fue con la victoria contra los culés en Mestalla con golazo de Cristiano. Creó un nuevo reto competitivo en el que entró a fondo Guardiola. Algo que no ha cambiado. Desde entonces tenemos la suerte de volver a presenciar unos apasionantes partidos entre grandes clubes de España realmente motivados por este histórico título. La remontada que realizó el Barça este año en semis frente al Sevilla lo demuestra. Ya nadie se atreve a hablar de “chupito” y nos tenemos que alegrar por ello.