AS (Catalunya)

IGUALDAD EN LOS CLÁSICOS

- REMATES REPORTAJE GRÁFICO JESÚS ÁLVAREZ ORIHUELA, JESÚS RUBIO Y JAVIER GANDUL

reposo y reposo en los partidos. Sin su auxilio, el Barça estuvo por debajo del Madrid en la primera parte. Al equipo azulgrana le quedó Jordi Alba, disparado hacia su renovación, que le echó un gran pulso a Carvajal. Y también sus centrales, Piqué y Lenglet, factor de corrección de todos los demás, porque Luis Suárez y Dembélé estaban por despertar. Así que, tacita a tacita, el Madrid fue construyen­do ocasiones, varias claras, que perdió por falta de pericia o porque Ter Stegen amuralló bien a su equipo, especialme­nte en un remate forzado de Benzema. Pero todo empezó y acabó en Vinicius, el nuevo influencer del equipo, hecho por otro lado preocupant­e: el ataque del Madrid parece reducido a él y todavía le falta mucho El balance de los Clásicos quedó igualado tras la victoria del Barcelona ayer: 95 triunfos para cada equipo y 51 empates. No había equilibrio desde el 23 de agosto de 2012. El Barcelona tiene la ocasión el domingo de ponerse por delante después de 87 años. para evoluciona­r en goleador. Después cayó sobre el Madrid la ley del fútbol, inflexible con la falta de tino.

La primera vez que Dembélé le ganó la espalda a Carvajal acabó en gol del Barça. A su centro llegó Luis Suárez antes que un confiado Ramos, tocado desde el primer tiempo. Ahí empezó el Clásico que se esperaba, sin respiro, con ida y vuelta, con un Madrid desatado y un Barça buscándole el contrapié. Y con el estadio esperando que aquello lo arreglara Vinicius. A punto estuvo de hacerlo, en un centro del brasileño cabeceado por Reguilón y salvado por Ter Stegen, ángel de la guarda del Barça, y en una arrancada en la que tumbó a Piqué y Semedo sin llegar a culminar. Y en una contra casi Dos arrancadas suyas sentenciar­on la eliminator­ia. El mejor socio de Luis Suárez en el Bernabéu. inmediata, Dembélé, en posición discutible, le puso otra a Suárez y el pie suicida de Varane sentenció la eliminator­ia. Para entonces ya estaba Bale en el campo.

El Madrid se sintió abandonado por la fortuna y perdió el rigor. Percibió que había pasado su momento y bajó lo brazos, Casemiro a la cabeza. Su penalti evitable aceleró el desastre blanco. Valverde se permitió incluso quitarle minutos a Dembélé y Luis Suárez pensando en el sábado, cuando se servirá el segundo plato, que tendrá menos sal. El Barça está en todo y el Madrid en su refugio natural: Europa. Su entrada por detrás a Modric le costó la amarilla en un partido que se endureció al final.

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