Navegando entre las dudas
Dos versiones de equipo en un mismo partido. Una primera parte donde vimos atisbos de aquel equipo que nos enamoró en las primeras 11 jornadas y una segunda parte para olvidar, viendo un juego timorato y sin control, más propio de los momentos de gran bache de noviembre y diciembre. Esas fueron las dos caras en un partido decepcionante ante el colista. El equipo ha dado muchas vueltas, instalado en la noria emocional y clasificatoria pero ahora parece navegar sin rumbo fijo, instalado en una peligrosa tierra de nadie, que precede a acercarse a las aguas turbulentas. Desubicado, este sería un concepto que explicaría la falta de tino tanto táctico como global que desprende la plantilla en muchos momentos del juego. Capaz de imprimir un ritmo alegre y vertical en algunos momentos y de amasar una posesión tan estéril como ineficiente que se torna en peligrosas contras de los rivales. Ahí radica uno de los problemas del desconcierto perico, pues los adversarios parecen haberle tomado plenamente la medida a un 4-3-3 agotado.
Al Espanyol le queda un pequeño tourmalet en el calendario próximamente y bueno sería abrigarse y conseguir un botín aceptable para asegurar cuanto antes una permanencia que este año no estará tan barata como en temporadas precedentes. A partir de ahí podremos empezar a ordenar conceptos e ideas dentro de una temporada caracterizada por los bandazos al timón de la nave, que ha ido perdiendo el rumbo y el referente con el paso de los meses, hasta navegar en un profundo desconcierto del que hay que huir cuanto antes.