Stuani hurga en la herida de un Rayo en depresión
Hizo un doblete a los franjirrojos, con uno menos media hora
Decidió con dos goles de killer. La salvación del Girona pasa por él. Aguó cualquier amago de reacción con un fallo de bulto que le costó la roja. Entró tarde, pero tuvo tiempo de brillar. El centro del 0-2, una delicia. Revolucionado. Hizo dos faltas duras y evitables que le valieron la amarilla.
La permanencia se pone muy cuesta arriba para el Rayo, sumido en una profunda depresión. No es para menos, soporta cinco derrotas consecutivas sobre sus espaldas y ahora vienen curvas: visita el Camp Nou y La Cerámica. Y aunque los franjirrojos aún tienen pulso, su futuro se complica: el Girona les saca ya ocho puntos y pierden, de nuevo, el golaveraje con un rival directo. Los de Eusebio están pletóricos y siguen metiéndole kilómetros al abismo del descenso.
A falta de público y cánticos durante los primeros minutos, compareció el Rayo --recuperó la defensa de cuatro-- con un cabezazo de Mario Suárez, demasiado alto. No tardó el Girona en contrarrestar ese empuje local. Portu mandó a las nubes un disparo cuando estaba solo ante Dimitrievski; después, el larguero repelió un trallazo de Granell y luego, el portero franjirrojo detuvo un lanzamiento de falta, de nuevo, de Granell. No había tregua.
De hecho, esa lluvia de ocasiones visitantes terminó calando. Stuani, killer por definición, cazó con la diestra un balón dentro del área, a la salida de un córner, y anotó el 0-1. La grada reclamó una mano del delantero, pero finalmente el gol subió al marcador. El VAR no intervino. Eso no mitigó la sed del conjunto catalán, erre que erre. El palo impidió que Pere Pons sentenciara, aunque De Tomás no bajó los brazos y lo intentó con una falta directa. Allí apareció la manopla de Iraizoz para poner el uy en boca de Vallecas.
El descanso sacudió al Rayo, que rozó el empate con un testarazo de Abdoulaye y un tiro de Mario Suárez, aplacado gracias a un pie milagroso de Iraizoz. No hubo milagro para Abdoulaye, expulsado por una falta sobre Stuani tras un fallo con la pelota. Lejos de amilanarse, con más de media hora de partido aún por delante, los franjirrojos dieron un paso al frente. Más vivos, más volcados en territorio enemigo.
Sin embargo, las apariencias engañan y el Girona se sabía letal. Porro dibujó el centro perfecto para que Stuani cabeceara el 0-2. Nuevo doblete del ariete, que ya lleva quince goles en la saca. El pitido final dejó caras de tristeza y desesperación tanto en el césped como en la grada. Es más, la directiva se reunió anoche para estudiar el futuro de Míchel. El Rayo no escapará al sufrimiento, sí tratará de hacerlo del descenso.
Míchel La directiva se reunió anoche para estudiar su futuro