AS (Catalunya)

Un gol en el 94’ mantiene viva la esperanza grana

Sadik firmó un tanto que vale mucho más que tres puntos

- A. BIESCAS

Sobre él cayó toda la responsabi­lidad en el penalti. No falló. No tuvo su día. Errático en el remate, fue el primer cambio de Martín. Ganó los balones aéreos y generó mucho peligro en el área grana. Dio un codazo en la cara a Kanté. Debió ver la amarilla.

La estampa del Nou Estadi cuando Ocón Arraiz pitó el final del partido fue ayer una fotografía perfecta del estado del Nàstic. Bernabé, decisivo una vez más, besaba un larguero que salvó a los suyos en el 95’ mientras que sus compañeros se abrazaban entre gestos de liebración, rabia y alegría. El público, que hacía más de dos meses que no veía ganar a los suyos, llegó incluso a invadir parte del terreno de juego. Una catarsis colectiva necesaria en Tarragona para encarar con ánimo el resto de temporada que solo fue posible, como tantas veces en el fútbol, con un penalti en el descuento.

El Nàstic hizo mucho y bien durante los primeros 60 minutos, pero no fue suficiente para adelantars­e en el marcador. En primer lugar por la buena actuación del ex-grana Tomeu Nadal, pero también por la falta de efectivida­d de los delanteros locales. Suárez fue el que más se acercó, pero

Kanté estuvo desacertad­o. El Albacete, de más a menos, generó alguna ocasión gracias a Zozulia, que ganó casi siempre en el juego aéreo a los centrales del Nàstic. Tuvo la más clara en un cabezazo que parte de la grada cantó gol, mientras que en el Nàstic fue Noguera quien pudo marcar: remató, completame­nte solo y a escasos metros de la portería, a las manos de Nadal.

Pero a partir del minutos 70, fruto probableme­nte del cansancio y la frustració­n, los grana dieron un paso atrás. Perdieron concentrac­ión (y por poco se aprovecha Zozulia en un par de ocasiones) a la par que peligro arriba. Los cambios de ambos entrenador­es no revolucion­aron un marcador con el que todos parecieron conformars­e hasta el final. La entrada de Uche, en los últimos minutos, fue toda una definición gráfica de la situación del Nàstic: solo un milagro en el último suspiro les salvaría. Y sucedió. Gentiletti tocó con la mano el balón dentro del área y Sadik no perdonó. Ya casi sin tiempo, Zozulia tiró al palo.

Final Zozulia, en el minuto 95, estrelló un balón en el larguero

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ALEGRÍA. El Nàstic sumó por fin una victoria en su estadio.

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