Se mueven 10.000 millones en apuestas

■ La relevancia del March Madness es difícil de entender para quien no conozca el torneo, pero los datos que lo rodean hablan por sí solos. En 2011, Turner y CBS, los canales con los derechos de retransmisión, pagaron 10.800 millones por emitirlo hasta 2024. Y el año pasado añadieron otros 8.800 millones por ampliar el acuerdo hasta 2032. La Final Four se disputará en el U.S. Bank Stadium, el hogar de los Vikings de Minnesota de la NFL, que acogerá a 70.000 personas en cada uno de los tres últimos partidos por el título. Se espera un impacto económico de 300 millones para la ciudad y a unos 90.000 visitantes, casi igual que los 100.000 que viajaron a Minnesota para la Super Bowl de 2017.

El torneo se acerca ya a los 1.500 millones de beneficios en publicidad televisiva, y en la final cada 30 segundos de anuncio cuestan 1,5 millones de dólares. La del año pasado, entre Villanova y Michigan, la vieron 16,5 millones de personas. Las empresas estadounidenses calculan pérdidas de unos 2.300 millones por culpa de la baja productividad durante el March Madness: el tiempo se pierde viendo partidos, pero también realizando y consultando apuestas (los estadounidenses se gastan 10.000 millones) y brackets (se estima que 60 millones los rellenan y que un 10% del país participa en alguna competición relacionada con este cuadro de pronósticos). Las posibilidades de rellenar un bracket perfecto son de una entre 9,2 quintillones.

En marzo se producen 17,5 millones de barriles de cerveza, cuando en el resto de meses la media nacional se queda en 14 millones.