AS (Catalunya)

El Valencia se cita con Emery

Lato y Parejo sentenciar­on un simulacro de derbi ● El Villarreal no llamó a la épica ni al milagro ● El Valencia alcanza otra semifinal en su Centenario

- CONRADO VALLE REPORTAJE GRÁFICO ALBERTO IRANZO Y DAVID GONZÁLEZ

Decía Dani Parejo el 13 de enero que se negaba a dar por perdida la temporada. Eran tiempos en los que por Mestalla había malestar y en Singapur, nervios y dudas. 95 días después del tuit del capitán, el Valencia confirmó bajo una intensa lluvia su presencia entre los cuatro mejores de la Europa League. Los de Marcelino siguen haciendo honores al Centenario del Valencia. Nunca antes alcanzó ningún equipo blanquineg­ro tantas semifinale­s en una misma temporada. A Sevilla irán a pelear por la Copa y de la final de Bakú ya sólo les separa el Arsenal de Unai Emery, el tercer entrenador con más partidos en la historia del Valencia (220), el segundo entrenador que más veces le ha ganado a Marcelino (7) y el mismo que apeó al Valencia en su última semifinal europea (en 2014 con el Sevilla). Puro morbo, duelo con glamour.

El Valencia resolvió la eliminator­ia con el Villarreal con una diferencia incontesta­ble. El 5-1 evidencia cómo llega uno al tramo decisivo del curso y a su vez resume la temporada global del otro. El partido de Mestalla fue un simulacro de derbi, porque el Villarreal no

está para quemarse en nada que no sea salvar la categoría, de ahí el once de Calleja, y también porque el Valencia, aún con rotaciones, se dejó la especulaci­ón en el vestuario y salió a ganar. Marcelino inclusive arriesgó alineando a Guedes, que estaba apercibido. Pero el asturiano entendió que la mejor manera de no sufrir ni dar lugar al milagro amarillo era pegar primero. Lo hicieron los suyos por la vía rápida (minuto 12) y con mediación del portugués, que fue quien asistió a Lato. Ahí acabó lo que se daba, que era poco.

Llovía como pocos días en Valencia y hacía frío como casi nunca. El tiempo invitaba a quedarse en casa y el resultado de la ida tampoco llamaba a salir de ella. De ahí la mención a los 26.403 incondicio­nales presentes en Mestalla (600 de ellos llegados desde Vila-real). La desdicha de todos es que presenciar­on una oda a la no agresión, un duelo sin tensión y sin emoción. Obviamente la dicha de muchos, de los blanquineg­ros, es que vieron a su Valencia clasificar­se para otra semifinal.

Capitán y profeta. A Calleja, al menos, le sirvió el encuentro para que Trigueros, que se había perdido los últimos 11 partidos, cogiera ritmo y también para darle minutos a canteranos como Andrei, Morlanes y Raba. A Marcelino, por su parte, le vino bien para mantener el espíritu competitiv­o entre los suyos. Porque son más de 13, 14 y hasta de 15 los futbolista­s blanquineg­ros que se ven con opciones y méritos para jugar en cuantos partidos importante­s le quedan aún por delante al Valencia. Claro está, los hay que saben seguro que los jugarán, como Guedes, otra vez el mejor, o Parejo, que firmó su noveno gol del curso y se llevó de nuevo la ovación de Mestalla. Ya lo dijo el 13 de enero. Capitán y profeta.

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