“Defendía poco, pero a la hora de atacar era un matador”
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Llega a los 250 partidos en Primera... ¡en el Bernabéu! —Muchos no llegan a conseguir esa cifra. Aún me quedan años por delante. Ojalá pueda llegar a los 500, que me parece una barbaridad. Estaré hasta que me encuentre bien, no me quiero arrastrar. —De los 249 ¿cuál es el mejor y el peor momento? —El mejor fue el debut en Primera con 20 años, junto con la clasificación de Champions con la Real. No he tenido muchos malos, pero tal vez una eliminatoria de Copa en Mallorca. Les hacía falta meternos cinco goles y lo hicieron...
—Es tan ganador que hasta se pica mucho cuando pierde en el fútbol-tenis en Lezama. —No me gusta perder ni a las canicas. Tengo alma ganadora. —El VAR le ha pillado en algunas jugadas. ¿Le toca las narices?
—Soy defensa y te voy a decir que no me gusta. En cada partido están con la lupa y un mínimo roce en cámara lenta parece un fuerte impacto. —Se le ve muy involucrado en el Athletic y en Bilbao. ¡Y eso viniendo del eterno rival! —He tenido suerte encontrándome con esta gente y la afición, que da más ánimo que críticas hasta cuando la cosa ha ido mal.
—Dijo que desde pequeño empezó a ser del Athletic. Eso dolió en Donostia.
—Nací en Bilbao, viví muchos años en Bizkaia, mi pueblo (Ondarroa) es vizcaíno y un noventa por cien, del Athletic. Mi familia siempre ha sido del Athletic. Los años ponen a cada uno en su sitio.
—Su familia lo pasó mal.
—No es un salto fácil, pero llegó un punto en que decía: ‘Hasta aquí hemos llegado’. Necesitaba un cambio, otro vestuario, otra gente. Nunca me voy a arrepentir del salto que di. —Cuando le soltó Xabi Prieto: “¡No me jodas que vas al Athletic!”. ¿Qué le dijo? —Venía de atrás el tema. Mis compañeros veían que no era yo. En ciertos momentos no me encontraba a gusto y lo pagaba con ellos o en casa. Tenía que salir, no podía seguir así. Xabi Prieto es un amigo, veía normal que le molestara. Pero al margen de eso, me deseó lo mejor y siempre le he puesto en un altar, es el mejor capitán que he tenido.
—¿Cómo de cerca estuvo del Barça?
—Hubo opciones serias. Se torció de un día para otro y fue una pena. Era un gran salto, un buen sitio para ir, me llevaba el míster, Valverde, y eso era un plus más. Era un reto saber si podía jugar con esa gente. Fue una pena, pero seguí centrado en lo mío, contento en la Real. Y llegó el Athletic. Cuando un equipo paga tanto por un jugador es porque te necesita. —Cuando Piqué dejó la Selección vio su oportunidad. —No es nada fácil meterte en una selección como la española. Todo lo que ha dado Piqué... Cuando dice que lo va a dejar, uno intenta meterse más porque ves más opciones para ir. Podré presumir cuando deje el fútbol de que he estado ahí. —Hubo quien dijo que se borraba. Aclárelo.
—El compromiso mío a la hora de jugar o ir convocado siempre ha sido total. El que lo diga me conoce poco. He jugado muchos partidos medio
R. Madrid “Cuando las cosas no van bien, cada uno mira por lo suyo”
tocado. Fue un malentendido por parte del servicio médico, que me salpicó pero intenté explicarlo. Hablé con el míster de la selección y lo entendió. —¿Cómo le han ido las cosas a usted por el Bernabéu? —Se puede decir que he tenido la suerte de empatar, porque es un campo difícil, en el que parece que estás dominando pero si tienes tres ocasiones y no las aprovechas, ellos te matan con media.
—Están sin Cristiano.
—S í , d e f e n d í a poco pero a la hora de atacar era un matador.
—Sin Cristiano ¿el Madrid está entre los mortales? —Sin Cristiano y anímicamente tampoco están nada bien. En estos equipos hay muchas estrellas y cuando las cosas no van bien cada uno mira por lo suyo. Ahí empiezan a cometer un error. Siempre han estado peleando por algo y eso les afecta.
—El Athletic lleva catorce años sin ganar en el Bernabéu. —El que vaya confiado en que les vamos a dar un meneo, se confunde.
—Está bien Benzema.
—Es un grandísimo jugador que, además, está asumiendo que debe tirar de su equipo.
Cristiano